Magdalena Martínez de Mendíjur vuelve a casa por Navidad, y en pocas otras ocasiones más. Ella, como muchos otros jóvenes vascos que poseen una carrera universitaria, tenía claro que en Vitoria, su ciudad natal, no iba a conseguir un puesto con las condiciones laborales que exige la licenciatura en Telecomunicaciones, que cursó durante cinco años, más proyecto, en San Sebastián. Ingeniera de radar en la Agencia Espacial Europea (ESA), en Darmstadt (Alemania), trabaja actualmente en Esoc, el Centro Europeo de Operaciones Espaciales, que se encarga del control de los satélites en órbita de la ESA.
La joven decidió hacer el proyecto de carrera en este centro alemán tras un año de Erasmus en Darmstadt, y desde entonces no se ha movido de allí. ¿Qué ventajas y posibilidades te ofrecen que no se dan aquí? "Formación continua, la posibilidad de aprender idiomas, de trabajar con nuevas tecnologías y un ambiente laboral internacional", responde.
Al enfocar la situación que se da en Europa, los titulados proyectan las principales carencias que perciben en la situación de Euskadi. Básicamente, consideran que los titulados europeos poseen una actitud de mayor determinación hacia el empleo, mayor flexibilidad, mayor movilidad y conocimiento de idiomas. "España se debe adecuar a los sistemas educativos y laborales de los países europeos más desarrollados porque, aunque nuestra cultura de ocio y diversión está bien, es importante ser competente laboralmente", señala Martínez de Mendíjur. Además percibe que la dificultad con el inglés - la asignatura pendiente de los españoles- es un problema educativo: "Aquí sólo se estudia gramática; en otros países la forma de aprender es más dinámica".
El 40% de los titulados universitarios españoles no ha conseguido estabilidad laboral cinco años después de graduarse y son los segundos, por detrás de los checos, que perciben los salarios más bajos -1.414 euros de media- de una lista de 13 países europeos, según un estudio de Aneca, agencia nacional de evaluación de la calidad y acreditación. Además, el salario medio de un graduado es un 32% superior al de una persona que sólo tiene el bachillerato y un 47% de los que tienen finalizada la ESO. En Alemania esta diferencia es de 74%, en Reino Unido, del 89%, y en EEUU, del 110 %.
La ingeniera de radar de 25 años asegura que en España se trabaja muchas más horas. En Darmstadt funcionan por objetivos y el horario es mucho más flexible. "Nuestro modelo económico necesita más trabajadores de formación profesional y menos estudiantes universitarios", asegura. Esto explica que haya tantos licenciados que tengan que ir a trabajar fuera si quieren seguir progresando y que, los que se queden aquí, tengan que desempeñar tareas para las que sus carreras no están diseñadas o que, trabajando en su campo de estudio, ganen menos.
las causas de la brecha Alguno de los elementos que producen esta brecha entre la universidad y el mercado laboral son el constante requerimiento de experiencia, la elevada edad con que se acaban los estudios, y el desconocimiento del mundo laboral y de las opciones profesionales de la carrera realizada. Más de un tercio de los titulados universitarios de 25 a 64 años trabaja en empleos que no precisan una alta cualificación, es decir, para los que no hubiera hecho falta que estudiasen hasta donde lo hicieron, según se desprende de un estudio publicado recientemente por Eurostat. España es el tercer país que peor aprovecha esos recursos, sólo por delante de Estonia e Irlanda. Un 38% de esos trabajadores, teniendo título superior, no está empleado como profesional o técnico de alta exigencia formativa.
¿Qué medidas deberían tomarse para evitar esta marcha al extranjero? "Dar más ayudas a la investigación y mejorar las condiciones laborales, no sólo en cuanto a los salarios", responde la ingeniera de radar. La joven asegura que si encontrara un puesto en Vitoria con las mismas condiciones laborales que las de Darmstadt, regresaría. Sin embargo, especifica: "En mis planes no está volver, de momento".