Berta Zabaleta, una gasteiztarra de 18 años, es noticia por partida doble. No sólo ha conseguido la mejor nota de Selectividad de su promoción, sino que además lo ha logrado en la nueva Prueba de Aceso a la Universidad que, por primera vez, contaba con una fase general y otra específica; una cambio que ha creado cierta incertidumbre en los centros. "No teníamos muy claro que nos fuera a beneficiar, porque había que tener cuidado con las asignaturas optativas que elegías para que luego no te baraja nota", explica la joven.

A Berta, sin embargo, la prueba no le pudo salir mejor. Su 9,69 pasará a la historia como una de las notas más altas alcanzadas en los últimos años por una estudiante alavesa. "No me lo esperaba; es cierto que me había salido bien, pero no había sido para tanto", asegura esta alumna de Urkide.

La joven recuerda todavía aquellos días de comienzos de junio, cuando los preuniversitarios invadieron literalmente el campus de Álava para poner a prueba los conocimientos adquiridos a lo largo del curso. Fueron jornadas de mucha presión, asegura. "Especialmente para mis compañeros, ya que algunos de ellos se jugaban mucho porque su deseo es acceder a carreras en las que piden notas muy altas, como Medicina, y al final su nota ha bajado; la Selectividad siempre baja la nota", explica. En su caso, el estrés no era tal ya que con un simple aprobado le bastaba para entrar en la universidad.

El próximo mes de septiembre hará las maletas para poner rumbo a Madrid. Allí, en el ICADE, estudiará no una, sino dos carreras: el doble grado en Relaciones Internacionales y Traducción e Interpretación. "Me gustaría trabajar en la traducción", asegura. El reto ahora es otro, tratar de buscar alojamiento en un colegio mayor; allí es donde iniciará una nueva vida alejada del calor de su casa. Le da pena, pero tampoco demasiado. "He pasado los últimos veranos fuera, en Inglaterra, Francia y Estados Unidos, por lo que estoy acostumbrada a manejarme yo sola", asegura. De hecho, durante las próximas semanas viajará a Francia para participar en una experiencia de intercambio.

En vista de sus sobresalientes notas, cualquiera diría que es una empollona. Berta ríe al escuchar esta palabra. "No lo soy, ¡qué va!, lo que pasa es que soy muy constante", explica. La joven reserva una pequeña parte del día a los estudios, lo que le permite sacar los exámenes con buenos resultados. "Soy incapaz de estudiarme 20 folios el día anterior a un examen, porque sé que luego no me voy a acordar de nada", añade. "Tampoco me he pasado nunca una noche entera estudiando, no sé lo que es eso".

De hecho, organizarse la vida de esta forma le permite compaginar sus estudios con una de sus principales aficiones, el baloncesto. También encuentra siempre un hueco para salir de marcha con las amigas, uno de sus mayores placeres. ¿Y por qué no? "Soy una chica normal", explica de sí misma.