Bilbao. "No lo justificamos. Se han portado como unos vándalos y tienen que pagarlo". La madre de una de las estudiantes del grupo de adolescentes se dirigió ayer a deia.com para condenar y, al tiempo, explicar lo sucedido en los apartamentos Bahía Dorada de Salou.

"La noticia es así -escribe- pero hay que matizar ciertas cosas sin justificar la acción". Según la madre, robaron en todos los apartamentos. "Una noche se quedó un niño enfermo y le entraron a las cuatro de la mañana, por la puerta y con la llave, dos individuos, con el consiguiente susto", relata.

Según su versión, el terror porque les pudieran volver a entrar en las habitaciones se instaló en el grupo. "Ninguna niña se podía quedar sola en casa. Han dormido con un palo debajo de la cama por el miedo". Esta madre comenta que la última noche, después de tener todo recogido, los jóvenes "llegaron de madrugada y se encontraron con todo tirado por todas partes.

"Había niñas histéricas, llorando y llamaron a la Policía, que no venía". A algunas, asegura, "les han entrado incluso dos veces y siempre por la puerta". "No lo justificamos. Se han portado como unos vándalos y tienen que pagarlo. Pero exigimos el mismo trato para nuestros hijos que el dado a los de Pozuelo. Es decir, que los medios de comunicación no digan que son de la kale borroka".

Y reitera, "han sido gamberros, vándalos e indeseables, pero no kale borroka". La madre deja en deia.com una última reflexión en la que también arroja una sombra de duda sobre la actuación de la Policía catalana: "Los Mossos, cuando llegaron, no hicieron nada por parar los incidentes".

Llueve sobre mojado Este tipo de ejemplos de vandalismo juvenil y otros aún más graves se repiten con demasiada frecuencia en Salou, que en ciertos círculos es considerada como la capital de las borracheras, playa y sexo fácil y lugar de destino de numerosos viajes de estudiantes de todo el Estado y de Europa.

La situación ha llegado a tal extremo que la propia Generalitat ha advertido a Salou de que debido a los incidentes que se producen con cierta frecuencia podría perder la certificación de turismo familiar, para lo cual se impone un cambio de modelo turístico, sin tirar los precios.