laguardia. Aunque todo el mundo insiste en que todavía es pronto para vaticinar cómo será la vendimia del ejercicio 2010, ya que realmente las flores están saliendo ahora, desde algunos lugares se anticipa que ésta puede ser de un gran volumen. Incluso hay quien considera que es probable que se tengan que realizar vendimias en verde o tirar racimos en el momento de la vendimia.

Ayer sábado, aprovechando el paréntesis que han dejado las intensas lluvias de estos días pasados en casi todas las parcelas de la Cuadrilla de Rioja Alavesa, se trabajaba con tratamientos para evitar la aparición de problemas fungicidas. Tractores o sulfatadoras portátiles paseaban entre los renques con azufres o preparados ya que las estaciones enológicas están recomendando comenzar los tratamientos fitosanitarios, porque la combinación del agua de lluvia con los golpes fuertes de calor conllevan la aparición de nombres que aterrorizan a los viticultores: oidio, mildiú?

En ese afán estaba a media mañana Ramón, un vitivinicultor de Lapuebla de Labarca, con viñedos en esa localidad y en Navaridas y Elciego. En una de las tomas de agua con que cuentan los agricultores de la zona preparaba la mezcla con la que rociar la esplendorosa masa vegetal que adorna ya todos los viñedos de Rioja Alavesa.

"Todavía no se sabe cómo se presentará el año. La ligazón parece que va bien, pero tanto frío retrasará algo el engorde de la uva", afirmaba ante la pregunta de cómo evolucionará la uva de 2010.

Sobre los comentarios de que puede haber mucha producción restaba importancia a esas evaluaciones porque "aparentemente sí es así, pero hasta que no termine el cuajado de la uva nadie podrá decirlo. Parece que lo más temprano va mejor, pero la más tardía... Aún es pronto para decirlo".

Sobre el estado sanitario del viñedo, este agricultor apuntaba que "está bien, pero ha llovido poco. Quitando alguna tormenta? Pero parece más de lo que es. Está todo seco". En ese sentido, añadió que "si aquí han caído diez litros, arriba han caído cuarenta", diferenciando las alturas que tiene el viñedo, que asciende desde las orillas del río Ebro hasta el pie de Sierra Cantabria.

Los mismos trabajos se realizaban en los viñedos de Laguardia de Bodega Primicia. Los tractores expulsaban los sulfatos para prevenir enfermedades, aprovechando que la mañana estaba soleada y no se preveían lluvias.

Uno de los fundadores y propietarios de la bodega, Rodolfo Madrid, ya jubilado -"aunque venimos para echar una o diez manos, lo que haga falta"-, apuntaba que "pronosticar en estas fechas es muy complicado porque hay que esperar hasta última hora. Las lluvias no han venido mal porque la vegetación estaba ralentizada a causa del frío y parece ser que ha mejorado. Como todavía estamos en la limpia de la vegetación aún no sabemos cómo habrá quedado".

Para este hombre curtido en las labores del campo desde hace años, "tenemos que esperar, primero a que termine la floración y después a ver qué tiempo hace en agosto y en septiembre, que es cuando nos da la calidad de la uva".

Tras pasear a lo largo de la mañana por sus viñedos veía que estaban en buen estado sanitario. "No he visto ninguna enfermedad, pero como las estaciones enológicas nos están diciendo que hagamos tratamientos preventivos, porque con el tiempo húmedo y las temperaturas frescas suele salir bastante ceniza. Pero como estamos alerta, ya sólo nos falta tratarlas".

También coincidía con su convecino que en la Cuadrilla de Rioja Alavesa el año "está siendo bastante seco. Desde febrero a mayo han sido meses sin casi precipitaciones. Para nosotros es bueno que llueva mucho en invierno y en primavera y que en verano no caiga más que alguna chaparrada. Sea como sea, lo importante es que no nos mate con el pedrisco".

Sobre la evolución del mercado nadie se atreve a adelantar acontecimientos. "Está muy difícil. Nosotros exportamos el 60% de nuestro vino y no hay dudas de que tal circunstancia se está manteniendo. Pero tampoco hay dudas sobre el mercado interior. Está muy tocado, está muy flojo. A ver si pasa la crisis y nos podemos recuperar en nuestras ventas en el conjunto del Estado".

Esta bodega se autoabastece de sus uvas, pero también compra muchas partidas en Laguardia. Mencionar el futurible precio de los granos es algo que pone en alerta a cualquiera que se dedique a esta actividad. "Eso es una cosa, una cuestión muy complicada. Yo entiendo que los agricultores estén apesadumbrados, porque sus costes de producción son, a veces, superiores a lo que perciben. Pero, claro, en este negocio lo bueno es que no pierda nadie, ni los agricultores ni los elaboradores".

Trabajo de temporeros En otro extremo de la comarca de Rioja Alavesa, en el municipio de Elciego, muy cerca ya de la comunidad autónoma de La Rioja, un grupo de temporeros se afanaba en quitar vegetación en los renques. Para ellos "las plantas están bien. Hay que quitar masa vegetal para que la planta respire y para que puedan engordar mejor los racimos. Pero no hemos visto nada raro en el conjunto de las parcelas en las que hemos trabajado durante la mañana ni en estas últimas semanas".

Para ellos, su preocupación es más bien otra: saber qué ocurrirá este año con el trabajo y, sobre todo, cuánto les pagarán. Porque esos salarios son casi secreto de estado. "No sabemos lo que cobraremos esta semana. Eso sólo lo sabe el jefe, que es el que habla con los dueños". Para estos colectivos, que trabajan el campo a destajo, las situaciones son difíciles todos los años. En unos casos porque se abusa de sus horas de trabajo, y en otros, porque no saben realmente cuánto han pagado los contratistas por el trabajo realizado.

Por eso, el gestionar los contratos de trabajo a través de un sindicato, como es la Unión de Agricultores y Ganaderos de Álava, es siempre una garantía. Primero para la persona que contrata, que tiene una referencia para plantear sus reclamaciones, pero también para los trabajadores, porque con la documentación en la mano caben cuanto cobrarán y por cuantas horas al día.

Sea como fuere, el trabajo de todos ellos se antoja como fundamental para lograr que las ventas de los caldos alaveses se mantenga. Durante el año 2009 las exportaciones de vinos con Denominación de Origen Rioja, bajo la que están amparados los mejores elaborados en Álava, descendieron un 21%. Tal circunstancia se tradujo en un descenso de la facturación de 54 millones, merma que dejó las ventas totales en el exterior en 201 millones. Pese a lo negativo de estos datos, la producción salida de Rioja Alavesa camino del exterior parece constante.

La tara de la bajada de ventas más allá de las fronteras se ha vivido bajo diferentes prismas en el territorio histórico, dependiendo de cada bodega y de cada grupo exportador. En ese sentido, Pieter Brolsma, gerente de un consorcio empresarial ubicado en Laguardia, apunta que "la razón de la bajada de ventas es la crisis económica. De eso no hay duda. Ésta se está notando más en Europa que en otros lugares. De hecho, estamos funcionando muy bien en Estados Unidos y hemos logrado recuperar el mercado ruso".

La situación, en Europa, "está causando que haya una rotación moderada en la distribución". Un síntoma de que el consumidor mira más que antes el precio de los vinos. "En Holanda, sin ir más lejos, todo lo que supere los diez euros está teniendo serios problemas", señala Brolsma, quien asegura que los precios de los vinos de Rioja Alavesa "se están manteniendo".