l Satisfechas. Aurora Cerrillo, que acaba de salir del hospital y necesita recibir todavía asistencia sanitaria, acudió al ambulatorio acompañada de su nieta Catalina y de su sobrina Elena Ruiz.

El nuevo modelo de asistencia ambulatoria superó ayer con aparente normalidad su estreno. Tanto Olaguíbel como San Martín, los dos centros de salud que a partir de ahora se encargarán de dar asistencia los fines de semana a los ciudadanos gasteiztarras, vivieron una jornada de relativa calma, por lo que los pacientes no tuvieron que esperar apenas tiempo para ser atendidos por los facultativos.

A las once de la mañana, dos horas después de que se abrieran las puertas, sólo 20 personas habían pasado por el ambulatorio adyacente al Hospital Santiago, cuando un sábado cualquiera la atención Primaria puede registrar hasta 280 consultas. "Nos han cogido antes incluso que un día entre semana", aseguraba Blanca Múgica, que ayer acompañó al médico a su hijo Aratz, aquejado de fiebre y dolor de garganta.

Al igual que Blanca, muchos pacientes se sorprendieron del aspecto que presentaba Olaguíbel. Quizá por desconocimiento del recién estrenado sistema asistencial, o simplemente por ser un día con pocas urgencias, lo cierto es que, al menos por la mañana, se respiró un clima de tranquilidad en los dos ambulatorios.

De hecho, los primeros datos recogidos por Osakidetza confirman su tesis de que no hay demanda suficiente en Álava para mantener todos sus centros sanitarios abiertos los sábados a la mañana. Convencido de ello, el Servicio Vasco de Salud ha procedido a la concentración de la asistencia ambulatoria, un plan que ha sido objeto de muchas críticas desde que se conociera hace tres meses.

En la práctica, la decisión supone cerrar once de los trece ambulatorios de la capital alavesa y trasladar toda la asistencia al resto, es decir, a Olaguíbel y San Martín. La ventaja es que estos dos centros proporcionarán a los ciudadanos una atención continua, de 9.00 a 24.00 horas, tanto los fines de semana como los días festivos. "Hasta ahora, a partir de las dos de la tarde sólo funcionaba el PAC de la avenida de Santiago, por lo que desde esa franja horaria la atención se amplía", explicó ayer el director gerente de la comarca de Álava, Antonio de Blas.

El responsable de Osakidetza en el territorio está convencido de que la medida permitirá "descongestionar los hospitales" en un momento como el actual, en el que se aprecia un claro abuso de los servicios de urgencia por parte de la sociedad.

Precisamente huyendo de las colas que se suelen formar en el Hospital Txagorritxu los fines de semana acabaron ayer en Olaguíbel Marta Ortega y su hijo Pablo, al que le habían salido unos pequeños sarpullidos en las piernas y le picaba. "Pensábamos ir a urgencias, pese a lo que eso supone, pero hemos llamado y nos han dicho que nos pasemos por aquí", aseguraba la madre aliviada. A su lado, en la sala de espera, Julia Domínguez y la joven Marta, que el viernes se dañó la muñeca jugando al baloncesto. Apenas permanecieron un minuto sentadas. "Nuestro centro de salud de referencia es el de Lakua-Arriaga, pero como está cerrado nos hemos venido dando un paseo. No nos importa, porque la atención ha sido muy rápida", explicaba Marta.

De "inmediato y amable" calificaba Elena Ruiz el trato recibido ayer por el personal de Olaguíbel, que atendió ayer a su tía, Aurelia Cerrillo, recién salida del hospital. Por su parte, Maribel González, que hace tres meses sufrió un accidente y ahora tiene que acudir con cierta periodicidad a la sala de curas para recibir una inyección, no salía de su asombro. "Ha sido llegar, decir buenos días y entrar, no he tenido que esperar nada", explicaba.

Por el contrario, en los barrios de Vitoria, donde ayer permanecían cerrados por primera vez sus centros ambulatorios, todavía quedaba algún despistado. Encontrarse por sorpresa echada la persiana del centro de Aranbizkarra causó la indignación de Mercedes García, una vecina del barrio, que confesaba no tener noticias sobre esta decisión. "Esperemos que no nos haga falta usar el centro, porque desplazarnos hasta Olaguíbel nos va a resultar un poco incómodo; en cualquier caso podrían haber avisado".

A partir de este fin de semana la ciudad quedará cubierta con 12 médicos de familia, seis enfermeros y cuatro auxiliares administrativos, según los datos facilitados por Osakidetza. En el núcleo rural, por su parte, se mantendrá el servicio en Amurrio, Llodio, Nanclares y Agurain, mientras que en el resto de la provincia se conservará el servicio de guardias localizadas.

En este sentido, desde Sanidad advierten que la dotación de personal irá variando en función de la demanda existente. Algunos facultativos, de hecho, ya han mostrado su rechazo a la concentración de la asistencia ambulatoria por considerar que el número de médicos y enfermeros que pasarán consulta durante el fin de semana es insuficiente. Advierten de que a partir de las 14.00 horas, sólo quedarán dos facultativos en Olaguíbel y San Martín, cuando hasta ahora el PAC contaba con tres, por lo que temen que en épocas con más demanda, a partir de octubre, se vean desbordados. Algunos médicos consultados alertan también del hecho de que ninguno de los dos centros de salud vaya a contar con pediatras, cuando buena parte de los pacientes. tanto los sábados como los domingos. suelen ser niños.

l Despiste. Una vecina de Aranbizkarra, Mercedes García, se sorprendió al encontrar el centro de salud del barrio cerrado el sábado a la mañana.

l Botiquín. Maribel González acudió a la sala de curas para que le pusieran una inyección. Le sorprendió la rapidez con la que le atendieron.