vitoria. Un centenar de personas se reunió ayer en las campas de Olarizu para celebrar lo que está cerca de ser ya una realidad. La aparente desestimación por parte del Gobierno central del trazado original ideado por Red Eléctrica Española (REE) entre Castejón y Vitoria, que preveía su paso por el corredor de la N-I y por los municipios de Montaña Alavesa.

Una iniciativa contra la que se han movilizado en numerosas ocasiones no sólo las localidades afectadas sino también la sociedad alavesa en general. Este rechazo generalizado unido a una voluntad política por buscar el consenso y hallar opciones ha llevado a que esta misma semana se produjera la noticia de que la alternativa conocida como Biok será seriamente considerada como prioritaria por el Ministerio de Industria.

Este proyecto consiste en utilizar las redes de alta tensión ya existentes evitando así los graves impactos medioambientales negativos en la Montaña Alavesa y en la Sakana navarra. De esta forma, la construcción del tendido eléctrico quedaría reducido a dos tramos nuevos. El primero de ellos, se llevaría a cabo entre Barcina y la línea de Vitoria y contaría con ocho kilómetros de extensión. El segundo, uniría Orkoien y la línea Muruarte-Castejón dando solución a las necesidades francesas y a las de aporte de energía a Aragón y a la zona de Levante.

Una propuesta más coherente que celebraban ayer el centenar de personas que acudió a la cita convocada en la campas de Olarizu. Un encuentro que, en principio, se pensaba reivindicativo pero que los últimos acontecimientos convirtieron en festivo. "Hoy -por ayer- es un día de alegría de verdad. El objetivo es que no se hiciera este trazado y quiero dar las gracias a todos los que se han movilizado por una idea que era peregrina. Estamos muy contentos porque otras obras de la zona, sin embargo, se han realizado a pesar de todo", reconocía el presidente del club de montaña Goiena, Alberto Llorente.

al mal tiempo buena cara Quizás por ello, el mal tiempo que acompañó ayer al territorio no arredró a los montañeros que no quisieron perder la oportunidad de marchar esta vez por la consecución de una causa que pocos veían factible en un principio. Así y para que todos pudieron formar parte de la fiesta, se mantuvo la convocatoria de tres marchas para todas las condiciones físicas. La mañana comenzó con una excursión para los más pequeños y los menos preparados, que consistía en subir hasta la cruz de Olarizu bien acompañados de los más avezados que quisieron también ir entrando en calor. "Es una jornada de celebración y nosotros vamos a hacer esta primera caminata. Estamos felices porque vemos que estas protestas han servido para algo y pensábamos que no iban a hacerlo", comentaban preparados para salir con sus camisetas amarillas de protesta Ezozi Ezenarro y Fernando Zabaleta.

Poco después de calentar motores con esta clásico paseo, la excursión se tornó un poco más exigente con una marcha de doce kilómetros a las faldas de los Montes de Vitoria, una de las zonas más afectadas en este momento no sólo por este proyecto sino también por otros. "Sin duda es una jornada festiva pero hay que ser cautos porque hay que tener cuidado con las empresas grandes. Los Montes de Vitoria están también amenazados con la macrocárcel y un parque eólico así que habrá que luchar por la defensa de las montañas", explicaba Javi Calvo, presidente de la Federación Alavesa de Montaña mientras urgía a que se consiga la declaración de Parque Natural para esta zona.

Poco después de dar una vuelta por este bello paraje, los más profesionales decidieron tomar parte en el paseo de 20 kilómetros hasta la cima del monte Palogan. Una vista privilegiada desde donde todos los presentes pudieron observar parte del paisaje por donde en un inicio Red Eléctrica Española había propuesto trazar la red de alta tensión.

Esas vistas sirvieron para tomar bocatas y descorchar el champán con el que se brindó por la coherencia de todos los sectores que han contribuido a remediar lo que hubiera sido un desastre ecológico para el territorio. "Vamos a brindar por lo que hemos conseguido. De momento estamos más que contentos, pero no significa que nos encontremos relajados, sino más bien un poco a la expectativa por ver lo que pasa. Las decisiones de esta semana han servido para darnos un poco de ánimo. Nos sentimos fuertes", reconocía Karmele Lazkano, socia del Club de Montaña Goiena.

Una fuerza que sirvió para poner al mal tiempo buena cara y obviar la amenazante lluvia que rondó toda la jornada. Un talante que convirtió a la marea amarilla en un festival natural. "Ahora somos optimistas. No ha sido sólo por el movimiento popular sino también de políticos y técnicos. Ha sido una suma de esfuerzos y se ha visto que la gente puede reaccionar", explicaba Txomin Uriarte, presidente de la Federación Vasca de Montaña, que valoraba especialmente la intervención de la Federación Alavesa de Montaña en toda la organización de protestas.

Y es que ayer Txomin, como el resto de sus compañeros, convirtió el día en uno con un objetivo muy especial. "Disfrutar con los amigos de lo logrado pensando que si no hubiera habido estas cosas, igual no hubiéramos podido dar más paseos por aquí".