vitoria. La ordenanza municipal contra el ruido y las vibraciones está ya en camino. Todos los grupos políticos del Ayuntamiento de Vitoria, con la abstención del EA, votaron ayer a favor de la aprobación inicial de la normativa, que obligará a los bares de barrio a insonorizarse -o cerrar antes- en un plazo de doce años. No obstante, la edil de Medio Ambiente, Alba Cañadas, dejó en el aire uno de los puntos del reglamento para su debate en un foro con políticos, técnicos y comerciantes: el relativo a las exigencias a los locales de alimentación de hasta 300 metros.

La ordenanza en proceso exige a estos establecimientos que habiliten un espacio en el interior para las labores de carga y descarga. Una obligación que, según EA, abocaría al cierre de estos negocios. "Va en contra del apoyo al pequeño comercio. Proponemos que sólo sean para los supermercados grandes, de 1.500 metros", defendió. Cañadas tomó nota y se comprometió a buscar la forma de encajar la excepción en el reglamento. Gracias a esa decisión, EA se abstuvo en vez de votar en contra de la normativa.