madrid. El tráfico aéreo europeo recuperó ayer buena parte de su actividad, aunque siguió cerrado por completo en ocho países (Reino Unido, Dinamarca, Finlandia, Estonia, Letonia, Ucrania, Eslovenia y Eslovaquia) y parcialmente en dos (el norte de Francia y de Italia) por la alta concentración de ceniza volcánica.
Estas diez áreas configuran de momento la franja roja en la que está prohibido volar, según informó la Agencia Europea para la Seguridad de la Navegación Aérea (Eurocontrol). Las zonas libres de partículas, en las que está permitido volar, son España, Portugal, Bélgica, Holanda, Alemania, Austria, la región balcánica, Bulgaria, la República Checa, Grecia, Noruega, Polonia, Rumanía, Suiza y Turquía, así como el centro-norte de Italia y Francia y el norte de Suecia.
Los demás países europeos forman parte de un tercer espacio en el que existe contaminación, pero a un nivel tan bajo que no resulta peligroso volar, por lo que las autoridades nacionales podrán permitir que se reanuden los servicios aéreos.
En la práctica, la vuelta a la normalidad está resultando lenta, aunque sí se ha detectado una actividad superior a la del lunes. Eurocontrol cifraba en unos 14.000 los vuelos que operaron ayer (frente a los 9.169 del lunes) en Europa, la mitad que un día normal.
La agencia europea señala que las perturbaciones en el tráfico aéreo por la nube generada por el volcán islandés, que ayer cumplieron su sexto día, han provocado la cancelación de más de 95.000 vuelos.
Las pérdidas económicas se calculan en más de 150 millones de euros diarios, según la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), que ha criticado duramente la gestión de esta crisis. La Comisión Europea anunció que está dispuesta a habilitar un marco similar al aprobado tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 en EEUU con el objetivo de permitir a los estados miembros que concedan ayudas, pero recalcó que son los países lo que tienen que dar el paso y presentar sus solicitudes ante Bruselas. De momento, ningún país comunitario ha recurrido a esta mecanismo, según confirmó un portavoz de la Comisión Europea.
La llegada de bajas presiones a partir de mañana y las consiguientes lluvias, acompañadas de vientos de dirección norte, ayudarán a deshacer la nube de cenizas procedente de Islandia, según anunció ayer la Organización Mundial de la Meteorología (OMM). "A partir del próximo jueves llegarán a Islandia bajas presiones, está previsto que el fenómeno dure al menos el viernes y el sábado.
Las bajas presiones traerán las lluvias y por tanto cabe esperar que las cenizas se diluyan", señaló en rueda de prensa Herbert Puempel, jefe de la división de meteorología aeronáutica de la Organización Mundial de la Meteorología (OMM).
"Las nubes de lluvia se situarán a una altura normal, de 3 ó 4 kilómetros, y diluirán las partículas que estén debajo, las cenizas que estén a más altura serán desplazadas hacia el Ártico gracias a los vientos que soplarán con dirección norte", agregó el experto.