vitoria. Alba Cañadas, concejala de Medio Ambiente, sintetizó ayer a la perfección en una de sus intervenciones el espíritu de las nuevas ordenanzas de Ruido y Hostelería de la capital alavesa. "Conciliar el derecho al descanso de los vecinos con el trabajo de la hostelería y el ocio de calidad". No obstante, al margen de abrir la mano en distintos aspectos al sector hostelero, el Ayuntamiento ha decido aplicar mano dura con los establecimientos hosteleros que, por una u otra circunstancia, incumplan la nueva normativa.
Ya lo dijo recientemente el alcalde, Patxi Lazcoz. Las multas "dolerán al bolsillo de los infractores", mucho más de lo que ahora lo hacen en virtud del decreto del Gobierno Vasco que la Policía Local se encarga de hacer cumplir. De hecho, la sanción mínima por cometer una falta leve se situará cuando entre en vigor en los 600 euros, por los 150 ó 300 que establece la normativa actual.
La acumulación de tres faltas leves en un mismo año acarreará la imposición de una infracción muy grave, que podría alcanzar hasta los 12.000 euros, por los 900 actuales. Las muy graves, a las que se llegaría tras cometer dos graves, podrían llegar hasta los 300.000 euros o la suspensión de la vigencia de autorización. "Esta ordenanza es para los cumplidores", justificó Alba Cañadas.
propuesta rechazada Para algunos, como el edil de EB José Navas, incluso estas elevadísimas cuantías se quedan cortas, por lo que en el debate de enmiendas de ayer presentó una propuesta paralela que, a la postre, quedó rechazada. "Las faltas leves deben ser ejemplarizantes, siendo exigentes desde el principio", valoró Navas, quien propuso que la primera falta leve se elevase hasta los 1.000 euros.
Una propuesta del PNV que sí salió adelante por unanimidad y que será incluida en el texto final establecerá el horario especial de cierre para la noche del 24 de julio, víspera de Santiago. Esta señalada fecha se unirá a las fiestas patronales, que se desarrollan del 4 al 9 de agosto, y a San Prudencio, la noche del 27 de abril.