Vitoria. Crecen las discrepancias en torno a la reordenación hospitalaria de Gasteiz. El proyecto desarrollado por el Departamento vasco de Sanidad de la mano del PP, que contempla una gran ampliación de las instalaciones de Txagorritxu y la conversión de Santiago en un centro para pacientes crónicos, ha abierto una nueva fisura en el Ayuntamiento de la capital alavesa. Una más, que se une a las ya numerosas voces discordantes con el plan surgidas desde el centro de la calle Olaguíbel o el ámbito sindical.

De un lado, las mismas siglas políticas que han propiciado el pacto en el ámbito autonómico, PSE y PP, personificadas ayer en el primer edil, Patxi Lazcoz, y Javier Maroto, respectivamente, quienes a pesar de todo no pudieron evitar protagonizar uno de sus habituales desencuentros. Del otro, el resto de grupos con representación en el Consistorio vitoriano, PNV, EB y EA.

A petición de los dos primeros, el alcalde compareció en comisión para dar explicaciones sobre un plan llamado a revolucionar la asistencia sanitaria en Gasteiz en el plazo aproximado de cinco años. Principalmente, debido a las dudas surgidas en torno a los usos que se dará en un futuro a los terrenos liberados en Santiago cuando se acometa la remodelación. Como cabía esperar, la diversidad de puntos de vista sobre una misma realidad marcó el diálogo.

Lazcoz defendió un proyecto que "creará centenares de puestos de trabajo", no sólo cuando el Hospital Universitario de Álava sea una realidad, y puso en valor el incremento de "camas, quirófanos o especialistas" que traerá de la mano la reorganización sanitaria. El primer edil se refirió en varias ocasiones a la sobresaliente inversión de 120 millones de euros que se acometerá para dar vida a este proyecto, lo que aprovechó para cargar contra la actitud de los anteriores gobiernos autonómicos, que habían situado a Gasteiz como la "hermana pobre" de la CAV. "Me da igual que sean tres hospitales, uno y medio o uno y tres cuartos, pero no se puede despreciar esta inversión", resumió Lazcoz.

El popular Javier Maroto, por su parte, calificó el pacto que dará luz a la reorganización sanitaria como "estupendo" para Vitoria, porque se levantará "una infraestructura totalmente necesaria para la ciudad", aunque dedicó gran parte de su intervención a censurar al alcalde por insinuar que el futuro de los terrenos liberados junto a Santiago ya estaba decidido.

antes, las críticas José Navas y Malentxo Arruabarrena, portavoces de EB y PNV, respectivamente, abrieron fuego antes de que se posicionaran el alcalde y el líder popular para mostrarse especialmente críticos con el plan sanitario por diferentes motivos. Navas, por ejemplo, recordó que ya existía un plan destinado a modernizar las infraestructuras sanitarias vascas, con fecha de 2007 y vigencia hasta 2012, "estudiado, debatido" y que, además, contó con el apoyo de los socialistas en el Parlamento.

Entre sus puntos más importantes, sobresalía la construcción de un nuevo edificio de consultas externas junto al edificio de Txagorritxu, muy similar al actual, que también contó con el visto bueno del Ayuntamiento de Gasteiz. A juicio de Navas, "el camino de la reforma hospitalaria ya estaba trazado", pero ahora ha sido sustituido por "una propuesta que nace con demasiadas urgencias y desde la improvisación". Se trata de un plan "chapucero, sin planificación y para el que no se ha contado con nadie", según el portavoz de EB.

Arruabarrena, por su parte, también censuró la premura con la que este proyecto ha pasado al papel, porque "se han tomado decisiones antes de que se finalice y presente ante el Parlamento el estudio de necesidades" que proyecta el Departamento de Sanidad. "Son muchos los interrogantes, y queremos que esos 120 millones estén bien empleados", advirtió la portavoz jeltzale, quien se preguntó sobre las consecuencias que tendría que ese estudio dictaminase "que Vitoria efectivamente necesita un tercer hospital para crónicos".

Arruabarrena también se refirió al uso futuro de la parcela liberada en Santiago, un espacio que a Lazcoz "le gusta para otras cosas" distintas al ámbito sanitario, y criticó al alcalde por pecar de "precipitación" al hablar de los usos residenciales y el centro cívico el mismo día en que el proyecto fue presentado públicamente. "Dijeron que querían un tercer hospital, pero nos vamos a quedar con uno y algo más", zanjó la edil del PNV.

Antxon Belakortu (EA), por su parte, lamentó que Santiago se verá "mermado" una vez ejecutado el proyecto y, de forma más general, el "engaño" que a su juicio ha supuesto la reordenación de la asistencia en Vitoria. "Nadie dijo que para hacer un nuevo hospital había que quitar la mitad de otro", criticó Belakortu, quien pidió que se acometa "la primera parte del trato, que era un tercer hospital para crónicos". Queda claro que con la reorganización sanitaria de la ciudad no está lloviendo al gusto de todos.