Vitoria. Hasta hace poco era habitual que la técnica más común de captación de las sectas fuera en la calle mediante las encuestas, con preguntas infalibles como "¿te interesan las tribus urbanas?". En caso de respuesta afirmativa, la persona en cuestión entregaba revistas como Atalaya -de Testigos de Jehová- y el encuestado ante esta evidencia material podía reconocer que se encontraba ante una secta.
Internet ha hecho que la difusión de sus ideas sea mucho más sencilla de manera que las personas pueden ser víctimas de estas organizaciones destructivas desde sus propias casas. Proliferan los anuncios, tanto en la Red de redes como los colgados en la ciudad, que proclaman la mejora de un bienestar a través de formatos que nada tienen que ver con lo culto. Las sectas aparecen enmascaradas desde centros terapéuticos (actuaciones fraudulentas en el ámbito de la psicología y de las terapias complementarias) y ONG para esconder su verdadero poder destructivo y socioadictivo.
Ambos formatos ya están en Álava. Movimiento de Metafísica (seguidores de Conny Méndez), Iglesia de la Cienciología, Proceso Hoffman de desarrollo personal... así hasta una lista formada por una veintena de organizaciones de este tipo, según el informe de Largantza, Asociación de Ayuda a las Víctimas de Grupos de Manipulación Sectárea en el País Vasco. Con la crisis también han surgido sectas de carácter comercial, que prometen beneficios económicos si el individuo entra con ellos a trabajar, como por ejemplo mediante la venta de productos ecológicos.
Por esta razón, el portavoz de Largantza Juantxo Domínguez, exige aplicar el código civil, que condena al que quiebra el derecho de vivir en libertad y controlar la personalidad del otro. Así lo expresa el artículo 515 del mismo. "Son punibles las asociaciones ilícitas, las que teniendo por objeto un fin lícito empleen medios violentos o de alteración o control de la personalidad para su consecución". En España, a diferencia de otros países como Francia, no existe ninguna entidad que controle la existencia de estos movimientos. Existe un vacío administrativo de protección de estos derechos que impida en la práctica la existencia de las sectas.
Por este motivo, Domínguez reclama la creación de un observatorio que ponga freno a estas organizaciones destructivas, que ponen en riesgo, además de la cartera, la salud de las personas. Los adeptos comen y duermen poco para debilitarles psicológicamente. Incluso su propio líder no es consciente de la manipulación que ejerce porque también se cree el mensaje que transmite. Este gurú se trata de una persona seductora, incluso atractiva, que responde a una personalidad narcisista y que por algún motivo puede estar resentido con la sociedad porque ha tenido una frustración o fracaso importante en su vida. Es a través de la secta la forma por la que logra satisfacerse, al tener sus propios seguidores.