Valencia. Los enfrentamientos entre fuerzas policiales y vecinos que intentaban evitar ayer un nuevo derribo en el barrio valenciano del Cabanyal se saldó con dos heridos leves trasladados al hospital, además de otros muchos con golpes y contusiones, y dos detenidos.
Desde primeras horas de la mañana, un centenar de vecinos convocados por Salvem el Cabanyal, apoyados por varios políticos, se concentraron tras los cordones policiales que acotaban el número 31 de la calle de Francisco Eiximinis, donde estaba prevista la demolición de una sexta casa en el barrio, con el propósito de impedirlo.
Dos personas fueron detenidas acusadas de desobediencia a la autoridad y de provocar daños -ya que presuntamente rompieron los cristales de la máquina excavadora que procedía a continuar con los trabajos-.
Poco después de las 10.30 horas, los primeros movimientos de una excavadora que se dirigía hacia ese inmueble desembocaron en cargas policiales contra decenas de vecinos que, entre gritos, insultos y lanzamiento de objetos, trataban de impedir el derribo.
La portavoz municipal socialista, Carmen Alborch, visiblemente emocionada tras los veinte minutos de tensión suplicó a los policías nacionales que colaboraran para "dejar de dar una imagen de violencia" en el Cabanyal, donde "la mayoría" de los vecinos que se oponen a los derribos es, según ha dicho, "gente pacífica". Mientras el concejal de Seguridad Ciudadana, Miquel Domínguez, acusó a "jóvenes con ganas de armar ruido" y ajenos al Cabanyal de ser los integrantes del "grupo de violentos" que "intentó impedir" la demolición yrecordó "la legalidad" de la actuación del Ayuntamiento.
Ante estos hechos, el diputado de IU Gaspar Llamazares registró ayer una pregunta en el Congreso para instar al Gobierno a que explique las medidas que adoptará para "hacer cumplir la orden ministerial que protege el barrio del Cabanyal y prohíbe los derribos dirigidos por el Ayuntamiento de Valencia y la Generalitat".