vitoria. La oferta hotelera del territorio histórico cada vez tiene más cartas que mostrar. A la reciente mejora del Parador de Argómaniz y del General Álava -ambos ya lucen la cuarta estrella junto a sus nombres- hay que sumar la reciente llegada de otros dos recintos de idéntica categoría a los citados, el Jardines de Uleta y el Boulevard Vitoria. Pero, además, y pese a los avisos del sector de la cada vez más famélica nómina de clientes que logran hospedar en sus habitaciones, la capital gasteiztarra y el resto de la provincia parecen imanes para atraer nuevos proyectos hoteleros o para diseñar propuestas urbanísticas capaces de contener hoteles como fórmula de reclamo.

En ese sentido, cabe reseñar la propuesta de la cadena ABBA para construir un nuevo recinto de alta gama junto al resto de bloques que acompañarán a la plaza de toros en la reconversión de una manzana estratégica para la capital alavesa. Pese a que la crisis puso en el alero la viabilidad del edificio, éste coronará la calle Manuel Iradier finalmente y sumará nuevas camas a las ya existentes en la ciudad.

Asimismo, la capital aspira a doatr al Casco Viejo con, al menos, un hotel con encanto. Hay proyectos e ideas desde hace años para hacerlo en el ya recuperado palacete Escoriaza-Esquível. Además, en su momento, se llegó a barajar una propuesta concreta para recuperar del abandono la silueta inconfundible de la Casa de los Álava-velasco, entre la calle Zapatería y plaza de Los Patos. Sin embargo, ninguna de las opciones puestas sobre la mesa ha llegado a materializarse por el momento.

Tampoco es de extrañar que con cada reformulación urbanística, la Administración municipal reserve suelo capaz de acoger nuevos hoteles. Esta fórmula se ha reiterado en la redacción inicial de proyectos como la estación de autobuses o el futuro palacio de congresos y exposiciones. También se presupone que esta costumbre se utilizará para sacar réditos de el espacio que deje el ferrocarril cuando éste se haya soterrado. >m.g.