vitoria. Sin noticias de la cirugía cardiaca en el territorio. La asociación que agrupa a los enfermos cardiovasculares en Álava, Bihotz Bizi, no puede ocultar su indignación ante los últimos acontecimientos. Al margen de que la reordenación asistencial de Vitoria pactada por el Departamento de Sanidad y el PP ha descartado la inclusión de esta especialidad en la cartera de servicios del futuro Hospital Universitario, la promesa de que a partir del pasado 1 de enero los enfermos de corazón podrían comenzar a operarse en el Hospital San José gracias a un convenio con este centro privado continúa en punto muerto.
Pilar Lizarralde, presidenta del colectivo, sintetiza a la perfección cuáles son sus sensaciones al respecto en una carta remitida ayer a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA. "Como alavesa, como paciente, siento vergüenza por la gestión que nuestros políticos, todos, están realizando con este tema, y también por la falta de responsabilidad social y política hacia los ciudadanos", censura.
El malestar del colectivo ha subido de intensidad porque el pasado 1 de diciembre el presidente del PP vasco, Antonio Basagoiti, avanzó que, por fin, el convenio con San José iba a ser un hecho a partir de este 2010 gracias a una enmienda de más de 1,7 millones a los Presupuestos autonómicos. "Queremos que la Sanidad sea para todos igual, independientemente de su clase social o nivel económico", aseguraba Basagoiti.
Casi cuatro meses después de esta declaración de intenciones, la reivindicación de Bihotz Bizi continúa más viva que nunca. Cerca de 80 alaveses se beneficiarían al año del concierto con el Hospital San José, que les permitiría ser operados del corazón en su provincia sin necesidad de contratar un seguro privado ni tener que desplazarse a otros centros hospitalarios de la CAV, principalmente el vizcaíno Cruces.
Lizarralde acudió hace dos semanas al Parlamento de Vitoria para entrevistarse con algunas de las personas que han participado en esta negociación, pero sus esfuerzos vuelven a ser, al menos por el momento, en vano. "Errar es humano, pero rectificar es de sabios. Así que no pierdo la esperanza de que en un futuro alguien ponga cordura en todo este tema", concluye la misiva de Lizarralde.