En virtud del Concordato con el Vaticano de 1979, los profesores de religión vascos de Primaria dependen del Ministerio de Educación y no del Gobierno Vasco, una situación que les deja en situación de desventaja con respecto al resto de compañeros. El Parlamento Vasco pidió ayer al Gobierno central que traspase a Euskadi la gestión de este profesorado, como ya ocurrió en su día con los educadores de religión de la enseñanza Secundaria.