España ha generado de media casi un centenar de nuevos ciudadanos cada día durante la última década, pues desde 1995 el Estado ha concedido la nacionalidad a más de 451.200 extranjeros, unos 94 diarios. Para acceder a la nacionalidad, se debe acreditar una residencia legal por al menos diez años en España, salvo cuando se trate de personas nacidas en Latinoamérica, procedentes de países que fueron colonia española o asilados y refugiados, en cuyo caso el requisito de residencia se limita a dos años. Por este motivo, sobresalen en la estadística los procedentes de países iberoamericanos como Perú, República Dominicana, Argentina, Colombia o Cuba, junto a los nacidos en Marruecos, la comunidad extranjera más antigua de cuantas están afincadas en España.
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