maeztu. La Montaña Alavesa se encuentra de estreno. Los 8,5 kilómetros que separan Maeztu de Antoñana disponen desde ayer de una infraestructura digna de los tiempos que corren, un tramo por el que circulan más de 3.000 vehículos diarios caracterizado hasta ahora por la falta de arcenes, las numerosas curvas de radio reducido, los estrechamientos y la escasa visibilidad. La reforma de la carretera A-132 entre ambas localidades pone punto final a todos estos condicionantes, tras más de tres largos años de trabajos y una inversión de 12,3 millones de euros a cargo de las arcas forales.

La renovada vía se ha ensanchado hasta los 7 metros de anchura y cuenta con arcenes de 1,5 metros (entre 0,5 y uno en las travesías) para permitir una velocidad de 80 kilómetros por hora. El diputado general, Xabier Agirre, destacó que gracias a la reforma se ha mejorado "la seguridad" del trazado y también ha podido "recuperarse espacio" para los vecinos del entorno. Porque al margen de la intervención en la carretera, la Diputación alavesa ha reurbanizado ambos márgenes de la travesía de Maeztu, ha construido nuevas paradas de autobús y ha renovado la iluminación y el sistema de drenaje de esta parte inicial de la vía. El lavado de cara también ha sido sustancial en la travesía de Atauri y se han mejorado los cruces con las carreteras hacia Zikujano, Apellaniz, Bujanda, Antoñana y Korres.

660.000 euros de la inversión total han servido, además, para aplicar diversas medidas medioambientales en el entorno, como la recuperación de 130 metros de vía verde del Ferrocarril Vasconavarro.