DONOSTIA. Los fabricantes de pasta y papel del País Vasco han disminuido su "huella de carbono" en un 14% en los últimos cuatro años, según un estudio del Clúster del Papel.
El informe, con el que se pretende estudiar la huella de carbono del sector -los gases causantes del efecto invernadero- demuestra que en el período 2005-2008, la huella de carbono ha pasado de las 0,43 toneladas de CO2 por cada tonelada de producto (pasta y papel) fabricada en 2005 a las 0,37 de 2008.
Según explica el Clúster del Papel en un comunicado, esta bajada se debe a diferentes motivos como las mejoras en los procesos de producción de los últimos años, el impacto positivo de la utilización de la biomasa con fines energéticos, la cogeneración para la producción de energía, el reciclaje de papel y su función como almacén temporal de carbono.
Se calcula que sin estos factores la huella bruta de carbono habría alcanzado las 1,11 toneladas de CO2 por cada tonelada de producto fabricada en 2008 (1,18 en 2005).
"El conocimiento actual de la huella de carbono ha permitido además hacer una prospección y corroborar el potencial de reducción de gases de efecto invernadero del sector", ha agregado el Clúster.
El estudio, "Mejorando la sostenibilidad del sector del papel", realizado por el Clúster del Papel, en colaboración de Factor CO2 Ideas, busca conocer las emisiones de gases de efecto invernadero que se producen a lo largo de todo el ciclo de vida del proceso productivo -no sólo las emisiones directas, sino también las indirectas- y el impacto climático por unidad de producto con el fin de poder compararlo.
Las mismas fuentes han precisado que en el informe ha participado el 81,25% de las empresas fabricantes de pasta y papel vascas, lo que supone el 84,17% del total de emisiones de CO2 del sector papel, con lo que sus resultados pueden ser extrapolables al conjunto del sector papelero vasco.
Han explicado que para calcular la huella de carbono del papel fabricado en Euskadi se ha tenido en cuenta el ciclo de vida del producto para lo que se han cuantificado no sólo las propias emisiones generadas en la producción de pasta y papel sino también las emisiones en el transporte, las de la producción de las materias primas, así como las generadas por incineración o deposición en vertederos "en el fin de vida" del producto.
Han destacado asimismo que un análisis comparativo demuestra el "menor impacto ambiental del uso del papel frente a otras actividades típicas en nuestras sociedades actuales".
El sector papelero tiene gran arraigo en la actividad productiva del País Vasco y constituye uno de los pilares industriales tradicionales de su economía.