berlín. El secretario ejecutivo de la Convención de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, Yvo de Boer, anunció ayer inesperadamente su dimisión del cargo a partir del próximo 1 de julio. En un comunicado difundido por la secretaría de la Convención, con sede en Bonn (Alemania), De Boer informó de que asumirá "nuevos retos" trabajando en asuntos relacionados con el clima y la sostenibilidad en el sector privado.

También subrayó que si bien en la cumbre de Copenhague de diciembre pasado no se logró un compromiso vinculante, sí que hubo una clara apuesta política hacia un mundo con pocas emisiones. Aunque De Boer evitó hacer un balance negativo de Copenhague, los expertos sostienen que su marcha de la Secretaría de la Convención podría deberse en parte al fracaso de la cumbre.

El responsable de la ONU sobre Cambio Climático había apostado por un acuerdo ambicioso en Copenhague que finalmente no se produjo. De Boer, de 55 años, asumió el cargo en 2006, y anteriormente había sido subdirector general del Ministerio de Medio Ambiente de Holanda. También ha sido asesor del Gobierno chino y del Banco Mundial.

La inesperada dimisión de Yvo de Boer ha supuesto un fuerte revés para las negociaciones hacia un mundo con menos emisiones, en un momento en que, tras el fracaso de la cumbre de Copenhague, las esperanzas están puestas en la cita de Cancún.

En cualquier caso, es prácticamente imposible no vincular su retirada al fracaso de la cumbre, en la que De Boer quedó relegado a un segundo plano en el rifirrafe de las naciones que más obstáculos pusieron, China y Estados Unidos a la cabeza. Así lo creen también la mayor parte de las organizaciones ecologistas. En concreto, el director de Greenpeace, Juan López de Uralde, aseguró ayer que Yvo de Boer "es la primera víctima del fracaso" de la Cumbre del Clima de Copenhague. López de Uralde, que permaneció 20 días detenido en Dinamarca, confía en que esta dimisión no se utilice para debilitar el Convenio sobre Cambio Climático, sino para fortalecerlo mucho más.

Contracorriente, la secretaria de Estado de Cambio Climático, Teresa Ribera, desvinculó ayer la dimisión de Yvo de Boer del resultado de la Cumbre. Aseguró que se trata de una decisión totalmente personal, que De Boer había planificado ya hacía tiempo, y ha considerado que es "perfectamente comprensible" dejar un cargo "agotador e intenso" después de más de tres años.

Por su parte, la comisaria europea de Cambio Climático, Connie Hedegaard, destacó hoy el papel "clave" que el responsable de Naciones Unidas para el Cambio Climático, Yvo de Boer, tuvo para convencer a la opinión pública y a los líderes mundiales de los riesgos del calentamiento global, en el día en que éste anunció su renuncia.

Un problema para su sucesor El secretario ejecutivo prometió ayer que hasta que abandone el cargo seguirá con los preparativos para la próxima cumbre de Cancún, en México, a finales de noviembre, cita que estará precedida por una conferencia ministerial en Bonn a finales de mayo.

El hecho de que a su sucesor le queden luego sólo cinco meses para dar el impulso final a las negociaciones no eleva precisamente las expectativas para Cancún, una cumbre que nace ya con pocas promesas de éxito, a juzgar por el propio De Boer, quien recientemente rebajó las posibilidades de que se llegue a un tratado vinculante.