Errenteria. Desconsolado por lo ocurrido y, a la vez, aturdido por las muestras de cariño que había recibido desde que la noticia se hiciera pública. "Yo no pensaba que la gente nos quería tanto", afirmaba ayer Andoni Luis Aduriz, el alma del Mugaritz. "La gente se ha volcado, particulares, compañeros de profesión, instituciones", enumeraba en sin fin de agradecimientos por las "muestras de solidaridad" que habían llegado a sus oídos directa o indirectamente. Un apoyo importante tras haber sufrido "daños cuantiosos" porque se quemó "la parte más cara del restaurante". Ni siquiera lo evitó el que fuera una cocina ignífuga preparada "según la normativa" para evitar este tipo de sucesos. Pero el fuego se cebó y la consumió. Tras cerciorarse de que no había que lamentar daños personales, la mente del chef estaba puesta en los compromisos adquiridos con la "gente que ha confiado en nosotros". De ahí que solicitara "la ayuda de todo el mundo" y reconociera que les han ofrecido espacios en los que podrían "atender esos compromisos", pero no concretó más sobre esta cuestión. "Será fácil avisar a la gente que tenga reservas, pero los que vienen del extranjero...", lamentó. Una y otra vez, Andoni repetía la misma idea: no fallar a quien ha confiado en ti. Por eso también apeló a la paciencia de quien desee volver a disfrutar de su cocina. "Espero que sepan esperar para volver a comer en el Mugaritz", dijo, no sin llegar a dudar, incluso, de que puedan abrir sus puertas. "No sabemos qué va a pasar", apuntó el chef. Aunque seguro que pronto la pizarra del Mugaritz volverá a lucir la frase preferida de Aduriz: "Lo posible de lo imposible se mide por la voluntad del ser humano".
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