Cuando algo sale del corazón, como estas palabras de vuestro amigo Martín, del vino y el propio Uztaberri Eguna, el corazón se abre, y al abrirse dice la verdad. Y siempre nos han dicho que los que dicen la verdad van al cielo. Puesto que al cielo vamos a ir todos, bebamos, pero siempre Rioja Alavesa". Con estas palabras terminaba su intervención el restaurador Martín Berasategui que ayer actuó como pregonero de la Jornada de Puertas Abiertas en Lapuebla de Labarca.

Una fiesta que terminó siendo multitudinaria a pesar de que el día presentaba un aspecto gélido que no invitaba a salir a ningún sitio. Sin embargo, desde primera hora de la mañana, numerosos vehículos fueron llegando a la localidad ribereña del Ebro, descargando una verdadera avalancha de personas dispuestos a disfrutar de los primeros vinos del año en las propias bodegas que los elaboran y de las muchas actividades lúdicas y gastronómicas que había organizado la comisión de festejos.

Los diputados forales de Administración Local y de Medio Ambiente (Alfredo de Miguel y Mikel Mintegi, respectivamente), el presidente del Consejo Regulador, el viceconsejero de Industrias Agroalimentarias y muchos alcaldes de las dos riberas del río se entremezclaron con vecinos y visitantes deseosos de pasar una buena jornada, en la que no hizo su aparición ni la nieve, ni la lluvia, pero sí la conciencia colectiva necesaria para pasar una buena jornada. A las once de la mañana ya habían abierto los txokos con numerosos productos de la tierra y también de artesanos: aceites de Rioja Alavesa, jabón elaborado en casa con las recetas tradicionales, deliciosos arropes logrados con la cuidadosa cocción del mosto, bollos de San Blas -con sus características formas como sólo se hace en Lapuebla de Labarca-, embutidos, quesos, pan y bollería. Los pasteles vascos competían en buen tono con los artesanos del vidrio, la bisutería o la madera, desbordando la calle donde habitualmente se establecen y llenando otros espacios urbanos de la localidad.

Poco después de las once y media, la plaza del Coso aglutinaba a todas las visitas para dar comienzo al pregón de este año. El saludo lo hizo el alcalde, Daniel Espada, quien felicitó a los organizadores por haber completado un programa que auguraba actividades para todos los gustos y todas las edades. A continuación intervino Martín Berasategui, quien destacó que el vino del año "es el resultado de un trabajo y un esfuerzo impresionantes. Hombres y mujeres intentando dominar y sacar lo mejor de la cambiante y caprichosa naturaleza. Tienen un mérito que me quito el sombrero y algo más". Junto al vino, el restaurador de Lasarte elogió los productos de la tierra y el buen hacer de quienes lo cocinan, expresando su deseo de probar el bolo, que elaboraban en una lonja cercana los miembros de la Peña Los que faltaban llenado el aire de sabrosos aromas. Sus palabras se cerraron con el tópico brindis de todas las autoridades subidas en el escenario.

Calles vivas A partir de ese momento vecinos y visitantes se desparramaron por las calles para visitar los txokos y degustar los pintxos que se ofrecían en diferentes lugares. La asociación de jóvenes habían preparado bocatas de choricillo y en las traseras de la parroquia se podían degustar unos fabulosos champiñones a la plancha. Además, en los diferentes lugares donde se exponían productos agroalimentarios se ofrecían platillos con chorizo, queso y otros. Asimismo, en un callejón, bien animados por acompañantes, otro grupo de vecinos se dedicó a elaborar la sartenada, un guiso tradicional del medio rural que mezcla patatas con carne, verduras, caracoles y se deja cocer hasta que queda tierno y con la salsa ligada. Por cierto que, aprovechando que hoy no se celebra la Fiesta de la Patata en Espejo (será el 28), un productor llegó con un gran remolque y no le fue mal, a tenor de cómo quedaba el transporte a última hora de la mañana.

Para los más pequeños se había habilitado unos espacios donde realizar manualidades, pero lo cierto es que el día no acompañaba y los niños paraban unos instantes hasta que los padres, ateridos de frío, les animaban a continuar el paseo con destino a las bodegas.

Quince bodegas (Córdoba-Martínez, Espada-Ojeda, Casado-Morales, Estraunza, Larchago, Loli Casado, Covila, Zugober, Delicias-Gómez, Ibáñez-Bujanda, Murogarri, Pavoni, Miguel Ángel Muro, Harresi y Goyo Garrido) abrieron sus puertas para mostrar sus instalaciones e invitar a un vaso de vino y un pincho a los visitantes. De hecho se veía a muchas personas adquiriendo estuches o cajas, que guardaban, para mejor momento, en los coches.

Los últimos momentos de la mañana los ocuparon una cata popular, el campeonato de descorchadores de botellas y una impresionante batukada, que ya el año pasado cosechó un enorme éxito con su actuación.

Pero el momento de gran tensión fue cuando la peña que elaboraba el bolo tocó arrebato. Una larga fila de personas se formó de inmediato para poder degustar alguna de las más de 800 raciones que se habían previsto. Calientes y con buena dosis de calorías era el plato perfecto de la jornada para entrar en calor y seguir disfrutando de todos los actos previstos. Algo parecido ocurrió con la sartenada, aunque ésta duró algo menos por ser menos las raciones previstas.

Pregonero y cocinero