MÁLAGA. Un hombre ha sido condenado a siete años de prisión por abusar sexualmente de su hija tras localizarla en un programa de televisión, después de 38 años sin saber de ella.
Según la sentencia de la Audiencia Provincial de Málaga, que no es firme y de la que informa hoy el diario "Sur" de esta ciudad, el procesado, tras encontrar a su hija y restablecer la relación, abusó de ella cuando se encontraba pasando unos días de vacaciones invitada en su casa en la capital de la Costa del Sol.
En la sentencia se detalla que la historia se remonta a los años setenta cuando el condenado vivía en París con su pareja, relación de la que nacieron sus dos hijas.
La relación sentimental se rompió tras nacer la segunda hija en 1966, por lo que la mujer y las dos niñas regresaron a España, mientras que el condenado se quedó en Francia y permaneció casi cuarenta años sin tener contacto alguno con la familia.
En 2003 el condenado, que ya residía en España, decidió presentarse al programa de televisión "Diario de Patricia" para tratar de localizar a sus hijas.
A raíz del encuentro en la televisión, el hombre, de 65 años, y su hija menor, de 38 años, mantuvieron contacto telefónico e incluso se visitaron.
Tras varias visitas, en las que mantenían una relación "normal", el día del cumpleaños del acusado, éste besó en la boca a su hija mientras permanecían sentados en un banco del paseo marítimo de Torremolinos (Málaga) y la mujer le mostró su desagrado, según recoge hoy el citado rotativo.
Cuando regresaban a la casa en tren, el hombre volvió a besar a la hija y comenzó a tocarla mientras le decía al oído que le gustaban las mujeres.
En los días sucesivos, el padre abusó de la hija, llegando a incluso a la penetración y a enfadarse cuando ella le mostraba su asco por lo que estaba haciendo, según recoge hoy el diario "Sur".
El tribunal no ha creído la versión del acusado, quien aseguró que su hija se lo inventó todo para vengarse de él por haberla abandonado cuando era pequeña, por lo que ha sido condenado a siete años de prisión por un delito continuado de abusos sexuales.
La sentencia añade que la falta de capacidad de la hija para reaccionar ante la actitud de su padre se debe, según los psiquiatras, "a ciertas limitaciones que padecía la víctima para responder ante tales hechos, a causa de la falta de apoyo social que ha sufrido durante toda su vida".