Juan Carlos Peña tiene un sueño. Que incluso en sus peores momentos, cuando la enfermedad más le achucha, pasea por un jardín con flores y árboles de cuyas ramas puede coger, furtivamente, alguno de sus frutos. Juan Carlos tiene un sueño, que se convierte en esperanza cada vez que la pesadilla se instala en su cabeza y le obliga a hospitalizarse.

Este vitoriano sufre una enfermedad mental que le acosa periódicamente desde que contaba 25 años y le ha llevado a pasar diversas temporadas en el Hospital Psiquiátrico. En todos estos años reconoce que ha habido grandes avances en casi todas las facetas del centro, pero encuentra una gran carencia. "Soy por lo tanto un enfermo psíquico o un loco como lo prefieras, pero no vayas a creer que los enfermos psíquicos somos tontos o que no vemos las diferencias entre lo que está bien y lo que está mal", relata Juan Carlos en una carta en la que reivindica su sueño de poder contar con un jardín en el Hospital Psiquiátrico.

Él escribió esta misiva al final de su último internamiento, que le mantuvo hospitalizado cuatro meses y medio, del que recibió el alta el pasado 14 de agosto. No era la primera vez que estaba internado en el centro. De hecho, todavía recuerda la época del antiguo hospital, donde sí existía una zona de huertas y jardín. Con la creación del nuevo recinto en 1994, llegó la promesa de que allí también existiría un espacio verde de estas características. 16 años más tarde, las cosas siguen igual. "Al principio, el motivo que impedía hacerlo eran las fincas, luego llegó la carretera de la circunvalación sur, ahora alguna ordenación urbanística. Sea cual sea el motivo, la realidad es que se sigue sin él", lamenta.

Como terapia Por ello, decidió ponerse manos a la obra. "Después del último ingreso hice un bosquejo. Luego Lucía me animó a seguir", explica. Y es que su iniciativa recibe el apoyo de su familia y de muchos enfermos como él, que no se atreven a obviar el estigma que supone dar la cara para los afectados por este tipo de trastornos o que, simplemente, no han sabido plasmar con la misma agudeza lo que todos desean.

Su hermana Lucía tampoco puede comprender cómo es posible que este espacio no se haya sacado adelante cuando todo el mundo se muestra a favor de su creación. "Se supone que Vitoria es líder en espacios verdes y que la Organización Mundial de la Salud recomienda 10 ó 15 metros cuadrados verdes por persona, que aquí se superan. Los demás podemos elegir, pero los del psiquiátrico no y algunos ingresos son muy largos", señala la también secretaria de la Asociación para Afectados y Familiares con Enfermedad Mental (Asafes).

Y es que Juan Carlos sabe bien lo que esto significa. Alguna de sus estancias en la unidad 3 del Hospital Psiquiátrico ha rondado los dos años y el paso por los diversos estadios que allí existen se hacen muy largos sin un lugar para pasear. Y es que, en función del estado del paciente, se puede estar recluido dentro de la unidad, con la posibilidad de salir por el recinto o, en tercer lugar, salir fuera del centro. En las dos primeras posibilidades, el único momento de asueto se queda limitado "a un aparcamiento y cuatro cipreses", relata Juan Carlos. "En verano cae una chicharra tremenda fuera y, en invierno, no se puede salir porque no hay ni tejavana ni nada para resguardarse del agua. Para nosotros está visto que nos viene bien la naturaleza y los animales. La vida en las dos primeras alternativas se hace muy precaria", lamenta. A pesar de ello, reconoce la labor del personal del centro que organiza numerosas actividades, como salidas a jugar a la pelota o excursiones a la piscina.

Su hermana también ve la necesidad del jardín. "Si vas a pasar la tarde tres o cuatro horas con él, ya te angustia no poder salir. No hay un espacio en el que la vista se pueda distraer", refleja.

Desde el Hospital Psiquiátrico afirman que su deseo también es contar con este espacio verde como han reivindicado en varias ocasiones. Una iniciativa que depende del Ayuntamiento de Vitoria que, aunque lleva 15 años expresando desde los diferentes equipos de gobierno su apoyo a la creación de este recurso, no acaba de tomar cartas en el asunto. "En el Ayuntamiento había un compromiso. Están concienciados para llevarlo a cabo y siempre ha habido una buen actitud, pero dicen que hay un problema urbanístico", explica la gerente del centro, Eguzkine De Miguel, que asegura que habla regularmente del tema con los técnicos municipales.

Ella misma también pone de relieve lo que significaría para los internos contar con el espacio verde que se pretende para detrás del Hospital Psiquiátrico y antes de llegar a la carretera. "El poder tener un mayor espacio de distracción es importante, aumentaría mucho la calidad de vida. Y es más duro todavía para aquellos que han disfrutado los jardines del anterior", reflexiona, mientras se mantiene a la espera.

Y, mientras los diferentes gobiernos pasan por el Ayuntamiento, Juan Carlos Peña sigue esperando a que su sueño se haga realidad y que, a poder ser, pueda verlo realizado desde el otro lado del muro.