vitoria. A finales de este mes de febrero o principios de marzo, los representantes de la Administración tienen previsto celebrar encuentros con los municipios afectados para explicar las características de esa línea que, aseguran, no supone ningún riesgo, ni afecta a la actividad de las zonas, aunque tampoco deja beneficios tangibles.
¿En qué estado de tramitación se encuentra el proyecto?
El documento está ya elaborado, a falta de pequeños retoques, y tenemos previsto entregarlo en el Ministerio de Industria a finales de febrero o principios de marzo.
¿Qué pasos se seguirán a partir de ese momento?
Desde el momento que lo entreguemos en Madrid, en Industria, el proyecto pasará al Ministerio de Medio Ambiente, quien lo remitirá, para su estudio, a diversos organismos responsables de carreteras, Confederación Hidrográfica, Gobierno Vasco, Diputación Foral... Al final será el Ministerio de Industria quien decida, a la vista de todos los informes, el trazado definitivo.
¿Cuál es el trazado que le parece más apropiado?
El que se viene comentando, por Tierra Estella y de allí a Campezo, aunque bastante alejado de la población, Lagrán, Trebiño y subida en línea recta hasta Vitoria.
Ese trazado es el que ha provocado las movilizaciones y una consulta. ¿Cómo valoran esa respuesta vecinal?
Con el máximo respeto, como ya se lo hicimos saber a los alcaldes reunidos en Campezo hace cuatro meses. El resultado de la consulta era el previsible, pero confiamos en convencer a la gente a través de una campaña de comunicación con la que queremos quitar los miedos. Este tipo de instalaciones son muy frecuentes en otros países y sólo causan un impacto visual. No afectan a ninguna actividad humana o económica.
¿No es posible llevar la línea por otra zona?
Hemos elaborado hasta un total de 18 trazados. Unos por la N-I, por el Corredor del Ebro, o por la autopista A-68 (Bilbao-Zaragoza). La línea fue solicitada por el Ministerio, pero también por los gobiernos vasco y navarro. No se nos dijo por dónde debía ir. Esa decisión será de Industria y no de Red Eléctrica Española. Yo entiendo que estas iniciativas conllevan un perjuicio, especialmente para el que más lo ve, como es este caso. Pero la gente no debería tener miedo. No es la primera línea que tiene una oposición parecida.
La Diputación de Álava es contraria al trazado y el PNV y el PP van a pedir el apoyo del Congreso?
Yo lo entiendo, pero el último consejero de Industria del Gobierno Vasco apoyaba el trazado, porque otras alternativas pasaban por el Parque de Urbasa y eso era inviable, y por la N-I ha habido tanto desarrollo urbanístico que es imposible llevarla por allí. Por otra parte, conducirla por la A-68 hubiera supuesto comer un pasillo de 75 metros de ancho a partir de las vallas de protección y a lo largo del todo el recorrido. Al final, lo que parece más viable es llevar una línea desde Muruarte a Estella de 220.000 voltios y de allí a Vitoria otra de 400.000.
¿Qué beneficios podría llegar a dejar esta instalación?
La línea es fundamental para el soporte y desarrollo de los grandes centros de transportes de Vitoria y Pamplona y de hecho es uno de los objetivos de la planificación energética de los gobiernos vasco y navarro hasta el año 2020. Por otra parte, los parques eólicos que hay en el recorrido, o los futuros que se planifican en Arana o Maeztu necesitan una salida, que podría ser ésta. Y también lo necesita el tren de alta velocidad. En cualquier caso el beneficio es para Iberdrola, que es quien distribuye la energía y que con este volumen podrá distribuirla mejor, incluso en Montaña Alavesa. Ahora, si hay una avería, se corta el suministro. Con la nueva línea habrá más conexiones y se podrá seguir suministrando electricidad aunque se tengan que realizar trabajos de mantenimiento en algún equipo.
¿Cuál es la situación del suministro en el País Vasco?
Es muy deficitario y hay que traerlo de otras zonas. El 80% de la generación de energía en el País Vasco está en Bilbao y Amorebieta y el 20% en el resto del territorio. Por poner un ejemplo, Álava necesita 4.000 megavatios pero sólo genera 285. Y esto condiciona el crecimiento industrial del territorio. Sin embargo, en Navarra sobran 2.300 megavatios y de lo que se trata es de llevarlos a las zonas que lo necesitan.