La Diputación exigirá responsabilidades políticas por las filtraciones de Noryeste

Quince años después de que se ideara el plan de regadío de Ullibarri-Arrazua, el proyecto sigue estancado. El embalse pierde agua y es incapaz de abastecer las tierras de cultivo que lo rodean, por lo que el Gobierno foral quiere dar con el responsable de esta nefasta infraestructura. Así lo anunció ayer el teniente de diputado general, Claudio Rodríguez, que no ha aclarado aún cual es la fórmula que adoptará para pedir responsabilidades, y si será a través de una comisión de investigación.

Rodríguez reiteró ayer el compromiso de la Diputación de tratar de buscar una solución lo antes posible para poner en funcionamiento el regadío. Ya lo dijo la pasada semana la propia diputada de Agricultura, Estefanía Beltrán de Heredia, que las posibilidades que existen pasan por, o bien actuar en la propia balsa o buscar opciones alternativas mediante acuerdos interinstitucionales en los que podría entrar el Ayuntamiento.

Tras quince años de trámites y un dineral gastado, los diferentes gabinetes forales han sido incapaces de sacar adelante una balsa diseñada para abastecer a un total de 5.500 hectáreas. De hecho, la infraestructura no es capaz ni de retener el agua que llega a su vaso. Quien ideó el proyecto, eligió una zona con fallas y cuevas para emplazar el embalse, y ahora las filtraciones son constantes. Así, durante el año pasado se realizó la prueba de llenado que demostró que la balsa perdía el 96% del agua recibida.

La Diputación alavesa asegura que "nunca ha descartado la petición de responsabilidades políticas por este proyecto", ya que "se han gastado 30 millones de euros". "Si hubiere responsabilidades políticas, las exigiremos", explicó ayer Rodríguez. Sin embargo, reconoció que todavía no han decidido cómo se van a materializar.