L OS bares del Casco Viejo se abarrotarán un año más de gente que prefiere no tener que pagar una entrada especial para brindar por el año nuevo. De esta manera, los que no quieran cumplir con el requisito de tener que ir de etiqueta podrán entrar y salir en todos los locales que quieran, incluso con pelucas de colores o con los gorros de Papá Noel de última generación con luces intermitentes incorporadas. En estos locales de ocio nocturno también habrá bolsas de premios o sorteos, como la cena degustación del Batikano.

Los jóvenes también han puesto de moda reunirse en sus propias lonjas, donde pueden llegar a pasar toda la noche dentro ya que tienen "de todo". Se encuentran dispersas por toda la ciudad: desde la zona de la Universidad, de la estación de autobuses o de Gazalbide. Una de ellas es la ubicada en la zona de las universidades. Sus asistentes han puesto un bote previo que no supera los 35 euros y por el que les da acceso a entrar a las fiestas que allí se vivirán en Nochevieja y Reyes. O lo que es lo mismo: dos cotillones por el precio de uno y, además, de los más baratos de la capital alavesa. Un motivo que animará a unas 70 personas para dar la bienvenida al año nuevo. Allí, se congregarán desde los miembros oficiales de la lonja a los que vienen por ser amigos, novios o primos de fuera de la persona que ayuda a pagar cada mes el alquiler de la lonja. Desde la barra se suministrará la bebida que también se adquirió de forma económica. "En supermercados o grandes superficies, como el Macro, especializado para personas que regentan bares o restaurantes", explican. El dinero del bote también sirve para crear sorteos y premios, como el ganador de concursos de Miss y Mister.

Tampoco faltarán guirnaldas ni guardarropas. "Se adecuará una habitación sólo para dejar las chamarras". Ni se irán a sus casas con los estómagos vacíos al haber comprado chocolate con churros para desayunar.