Vitoria. Nueve meses después de que la alarma sobre el H1N1 se extendiera por todo el mundo más rápido que el propio virus, sus consecuencias sobre la salud humana son ya conocidas y están siendo correctamente atajadas por los servicios de salud de los diferentes países. En Euskadi, después de una intensa campaña de información, de la adquisición de casi medio millón de vacunas y del puntual seguimiento de la pandemia por parte de los medios de comunicación, la situación está controlada. La semana pasada, en la Comunidad Autónoma Vasca se registró una incidencia de 37 casos por cada 100.000 habitantes, muy por debajo de los 534 que se llegaron a alcanzar en la semana del 25 de octubre, cuando el virus alcanzó su máximo pico de incidencia.
Ayer, el consejero de Sanidad, Rafael Bengoa, acudió al Parlamento Vasco para dar cuenta de los últimos datos sobre el H1N1 en Euskadi, y para asegurar que "la pandemia se ha contenido gracias a los ciudadanos, que han adoptado las medidas de higiene recomendadas y un nivel de vacunación aceptable, y a los profesionales".
Bengoa alabó la labor del personal médico, que "ha controlado la situación mejor que en otros países, salvando la vida a dos o tres personas" de una forma "original" que no quiso detallar.
Eso sí, a Osakidetza le han sobrado la mayoría de las 468.184 vacunas que se pensaba adquirir, y de las que ya han llegado a la CAV 377.450 dosis. Hasta la fecha, sólo se han vacunado 94.614 personas, lo que ha llevado a Sanidad a ampliar los grupos a los que se estaba invitando a protegerse. Todo lo aprendido durante estos meses, además, servirá para "controlar una epidemia más virulenta" en el caso de que en próximos años haya que enfrentarse a esa circunstancia.
Bengoa detalló, a preguntas de la parlamentaria del PNV Nerea Antia, que Sanidad adoptó medidas al margen de las establecidas en otras comunidades, como enviar cartas a 230 pacientes crónicos, y a todos sus profesionales, con el fin de estimular la vacunación.
Desde abril han sido hospitalizadas 718 personas en Euskadi, con una media de 38 años de edad y una ligera prevalencia de los hombres sobre las mujeres. Otras 71 personas han pasado por la UCI -actualmente son dos-, y el saldo de fallecidos hasta la fecha es de siete personas, la última de ellas un vizcaíno de 79 años con patologías de base.