Vitoria. La responsabilidad que supone ser director de una escuela o un instituto no va sola. Las horas que tiene el día se hacen insuficientes para abordar las tareas propias de este puesto de trabajo, y a menudo no queda más remedio que "quitar tiempo del sueño, de la comida o de la familia", asegura la responsable del colegio Ibaiondo. La dedicación de quien de forma voluntaria u obligatoria debe asumir la máxima responsabilidad de un centro, con todos los problemas que surgen cada día, supone muchas horas extra y no siempre remuneradas en la misma proporción. Por ello, cada vez son más quienes apuestan por profesionalizar la figura del director. "La mayoría estamos en esta profesión porque nos gusta dar clases y queremos ser profesores", añaden desde Ibaiondo.

En la actualidad, aunque con algunos matices, los candidatos al puesto de director siguen proviniendo del Claustro de profesores y se selecciona, básicamente, por parte de una comisión delegada del Consejo Escolar u OMR (Órgano Máximo de Representación) del centro. El pasado año, el Parlamento Vasco barajó la posibilidad de cambiar la normativa de forma que personas ajenas a la escuela pudiesen también acceder al equipo directivo. Quizá sea una solución. Desde el instituto Francisco de Vitoria consideran importante que se cree "una verdadera carrera profesional" que aporte la preparación necesaria y un estatus reconocible al director. "Sería necesaria una auténtica carrera, con cambios evidentes en el escalafón, para todos aquéllos que estén por la labor de dedicarse a la dirección", asegura Eduardo Garayo, director de este centro de Secundaria.

En este sentido, recuerdan que la inestabilidad que da al centro el modelo de elección actual es muy perjudicial. "No se puede ser director cuando te toque, cumplir el expediente y que pase el siguiente, y así todos los años", asegura el máximo responsable de Francisco de Vitoria.

no compensa Hasta que esta situación no cambie, la realidad es que nadie quiere asumir un trabajo así. "Hay mucha responsabilidad y no siempre nos sentimos arropados por parte de la Administración; además, se paga muy mal, por lo que son muchas más las desventajas que las ventajas", opina el equipo directivo del instituto Mendebaldea. Desde Padre Orbiso se insiste en la importancia de recibir una adecuada formación. "Hay que enfrentarse a ello sin estar preparado para tal función", denuncian. En este centro de Vitoria también coinciden en que la asignación económica para este puesto de trabajo es insuficiente.

"No compensa para nada el aumento", afirma. Por este motivo, plantean que se articulen otro tipo de incentivos, como por ejemplo que el tiempo que se empeñe en ocupar este cargo compute como doble a efectos de antigüedad.