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vitoria. Ahmed Chaghouaui cuando se trasladó hace trece años desde la localidad marroquí de Alhucemas a la capital alavesa no vino a la aventura. Sus padres residían en esta misma ciudad desde hacía ya treinta años. Además, ya tenía pensado de antemano en qué ocuparse, ya que iba a realizar un doctorado. A diferencia del resto de inmigrantes, él ha conseguido vivir de su formación puesto que actualmente da clases en las Aulas de la Experiencia de la Facultad de Magisterio de la Universidad del País Vasco.

El idioma fue la primera barrera con la que se encontró. "Estuve durante un año aprendiendo castellano con las clases que dan en la universidad a los Erasmus". A su juicio, son una minoría las personas que miran con recelo a los extranjeros. "Sí que se nota un cierto resentimiento con la crisis. Pero nosotros también sufrimos el desempleo porque los sectores más afectados, como la construcción y los servicios, son los que más inmigrantes tienen".

Según Chaghouaui, el "endurecimiento" de la Ley de Extranjería en época de vacas flacas "no es algo nuevo, pero no está bien que se cambie la ley en esta época, ya que con justificarla no se solucionan los problemas. Más bien al contrario porque es más difícil encontrar empleo". Esta misma situación, en Francia, un país experto en inmigración, "no ha conseguido cambiar nada, a pesar de la dureza y la cantidad de extranjeros que residen en el país galo", asegura.

Este historiador opina que al otro lado de los Pirineos tampoco se ha cuidado a las generaciones posteriores de inmigrantes. "No hay una implicación en la educación. Se debería favorecer más la convivencia entre todas las partes", apunta. Respecto a la educación en Vitoria, le parecen "muy graves" las altas tasas de escolares inmigrantes que se concentran en determinadas escuelas. "Así, condenamos a una generación al fracaso. Si marginamos a los extranjeros no vamos a facilitar la integración", explica. "Habría que eliminar la concentración de alumnos. Y profundizar en la formación profesional de los extranjeros". Una medida que, sobre todo, aplicaría para las mujeres. "No se incorporan tanto al mundo laboral por falta de formación", aclara.

portavoz de sos racismo