copenhague. La cita de Copenhague, a pesar de haber sido auspiciada por la ONU, ha dejado más incógnitas que respuestas para el próximo año, en México, sobre las medidas a tomar por los países ricos y en desarrollo para combatir el calentamiento global. La ausencia de un tratado jurídicamente vinculante ha decepcionado a quienes han sido excluidos de las negociaciones, como el grupo G77 de los no alineados, según confirmó un portavoz de esos países.

Pero la frustración también ha sido generalizada entre las ONG presentes en Copenhague, al igual que amplios segmentos de la sociedad civil que ya tenían bajas expectativas puestas en esta cita.

El presidente de la Comisión Europea, el portugués José Manuel Barroso, tuvo que admitir que el texto consensuado no cumple con las esperanzas puestas en la conferencia y que hubiera preferido un pacto jurídicamente vinculante, pero que "un acuerdo es mejor que ningún acuerdo".

referencias bíblicas Esta no es la opinión de diversos movimientos ecologistas y expertos en el clima, que habían propugnado que "es mejor ningún acuerdo que un mal acuerdo". El delegado de la isla pacífica de Tuvalu, Ian Fry, que se ha perfilado como el portavoz de los países más amenazados por el cambio climático, criticó que el texto no incluya referencias a cómo se proseguirá la negociación para conseguir un tratado vinculante. "Por hacer una referencia bíblica, es como si nos ofrecieran 30 monedas para traicionar a nuestra gente y a nuestro futuro. Y nuestro futuro no está en venta", apuntó Ian Fry.

Durante los doce días de negociaciones de esta cumbre hubo fallos de procedimiento pero también claras violaciones de los más básicos derechos de la democracia participativa.

El presidente de la cumbre, Lars Løkke Rasmussen, se "olvidó" de dar la palabra en más de una ocasión a quienes la habían solicitado en el pleno de la pasada madrugada y tuvo que ser llamado al orden.

Rasmussen había prometido que la cumbre no trabajaría con ningún documento que no estuviera integrado dentro de la Convención Marco de la ONU sobre el Cambio Climático, pero los textos que aparecieron después, incluido el definitivo, no fueron entregados a bastantes países en desarrollo.