vitoria. Entre abril y octubre, el planeta entero se preparó para afrontar una pandemia sin precedentes cuyas consecuencias sobre la población eran imprevisibles. Ahora que los ciudadanos saben que la gripe A no es más complicada que la común, e incluso menos agresiva, parece que se han relajado. La abundante y a veces alarmista información sobre el tema ha generado un efecto de saturación cuyo efecto más visible es que, de las 463.000 vacunas que se esperaba administrar en Euskadi, a día de hoy sólo se han inyectado 82.000.
Se trata de un exiguo 18% que ayer llevó al consejero de Sanidad, Rafael Bengoa, a pedir en el Parlamento Vasco una mayor conciencia sobre el virus que tenemos entre manos. "Es posible que el temor a la gripe se haya normalizado tanto, hasta demasiado, que ahora ya tenemos que incluso recordar a la población que es conveniente vacunarse", señaló.
Y ello a pesar de que la CAV es una de las comunidades del Estado en las que la tasa de vacunación entre los grupos de riesgo ha sido más elevada, fruto de las campañas institucionales y de la importante presencia de esta nueva gripe en los medios de comunicación.
"Durante algunos meses hemos tenido que manejar esta cuestión como una emergencia de salud pública. Ahora es relativamente fácil decir que aquí no ha pasado nada, pero creo que todos recordamos en qué situación estábamos hace algunos meses", señaló Bengoa.
Sin embargo, en el propio ámbito médico la reticencia a administrarse la vacuna es significativa. Como explicó la parlamentaria del PNV Nerea Antia, sólo un 6% de los 50.000 profesionales de Osakidetza se ha inyectado la dosis, una circunstancia que el consejero achacó al rechazo tradicional del colectivo médico a todo tipo de vacuna.
Bengoa defendió la gestión que de la crisis de la gripe A ha llevado acabo el Gobierno Vasco. "Cuando el riesgo para la salud es incierto la gente necesita información rápida y clara sobre lo que se sabe y no se sabe, así como recomendaciones sobre cómo protegerse ellos mismos y a sus familias. Eso hemos hecho", afirmó el consejero.
El hecho de que fuera una pandemia, por otro lado, llevó a Sanidad a buscar un nivel de confianza en la población frente a circunstancias como "el debate nervioso que hubo alrededor de la necesidad de retrasar el inicio escolar", señaló Bengoa.