vitoria. Hizo falta sangre, sudor y lágrimas para que la autopista Vitoria-Eibar se convirtiera en una realidad después de múltiples retrasos y un sobrecoste espectacular, pero parece que la espera ha merecido la pena. Así al menos, lo pensarán los 9.000 conductores de los coches que la utilizan cada día para trasladarse a distintos puntos de la geografía vasca.
Y es que, los últimos datos de afluencia del tramo alavés que une Vitoria con Eibar reflejan que en noviembre fueron casi 9.000 los usuarios que utilizaron la carretera este mes. Una cifra que no sorprende a nadie ya que es la media que viene registrando desde que se abrió definitivamente el pasado 22 de mayo.
En junio ya alcanzó esta cifra y, desde entonces, todo ha ido cuesta arriba, aunque en esa misma línea. Con la excepción, claro está, de la época estival. Entonces, el número de excursionistas se multiplicó e hizo que en julio y agosto pasaran por la provincia, empleando esta vía, entre 13.000 y 14.000 vehículos, con picos de hasta 24.000 usuarios.
Esto se debió también, en gran medida, a la mayor intensidad del tráfico pesado. Entonces los camiones llegados desde Francia y Bélgica en dirección a Portugal y Marruecos se beneficiaron de la nueva infraestructura copando, sobre todo, el peaje de Etxabarri.
Tras el verano, las cifras volvieron a su cauce y los usuarios que emplean la autopista habitualmente por trabajo y similares volvieron a quedarse solos en la carretera. Así las cosas, en septiembre fueron unos 9.300 los usuarios que escogieron la Vitoria-Eibar para cruzar la provincia, mientras que en octubre esa cifra se repitió.
Los últimos datos apuntan a un ligero descenso poco significativo de los usos de la AP-1 en el mes de noviembre, que no empaña una trayectoria que todavía está por definir tras apenas medio año de vida.