"Terriblemente asustados". Los padres y profesores de los alumnos de la Ikastola Pedro Lope de Larrea de Agurain confesaban sentirse aterrados a media mañana de ayer. Acababan de enterarse de que el autobús que tenía que llevar a más de cuarenta pequeños al centro escolar de la localidad había volcado y el asunto había cruzado el municipio a la velocidad del rayo, como sólo las malas noticias lo hacen. Los primeros datos resultaban confusos y el nerviosismo se apoderaba de las familias de los escolares.
José Luis Cáceres, padre de dos de los niños accidentados, fue uno de los primeros progenitores en percatarse de que el autobús no había llegado a su hora a Agurain. Intranquilo, decidió realizar una llamada telefónica de comprobación en la que le confirmaron que el autobús había sufrido un accidente "cerca de Luzuriaga". "He cogido el coche y he ido lo más rápido que he podido. He visto a mi hija con otra amiga y estaban bien. En ese momento me ha dado el estómago un vuelco y he ido a por el pequeño, que ya había salido con la ayuda de la vigilante del autobús", comentaba con el susto aún calándole los huesos.
Tras el suceso, todos los pequeños fueron trasladados en otro autobús hasta el centro escolar de Agurain donde les esperaba una representación de los profesores para tratar de calmarlos y consolarlos. "En un principio no querían volver a montarse en otro autobús", reconocía Marilo, una de las madres. Los profesores apostaron por mostrar total normalidad a la llegada de los pequeños, aunque para los adultos allí presentes era patente el estado de tensión en el que se encontraban.
En torno a las 11.45 horas, concluyó la exploración de todos los pequeños implicados en el accidente y los padres pudieron comenzar a trasladarlos a sus respectivos domicilios. "Los médicos han comentado que era mejor llevarlos a casa, aunque algunos han preferido quedarse", apuntaron varios padres cuando salían protegiendo a sus pequeños en cuyas caras resultaba más que evidente el nerviosismo vivido durante las últimas horas.
hielo en la carretera Uno de los temas sobre los que más se habló ayer en Agurain fue la posible causa del vuelco. "Hay una capa terrible de hielo", reconocía José Luis Cáceres, opinión que fue corroborada por otros padres desplazados al lugar. "Ayer estuvo nevando y después helando, por lo que la carretera estaba peligrosa", reconocían. Los familiares de los pequeños se congregaban en la entrada del centro educativo. Uno de ellos reconocía que "menos mal que sólo ha sido un susto". "A ver si sirve para aprender lo que en el resto de Europa ya saben, los cinturones de seguridad son necesarios también en los autobuses, y en los escolares mucho más, no se como es posible que el Gobierno Vasco no se lo exija a todos, no solo a los nuevos", manifestaba.