Vitoria. Convertir Álava en una pequeña Holanda es un sueño complicado, sobre todo, si se tiene en cuenta que la climatología no es la más adecuada para dar agradables paseos durante todo el año. Pero eso no es óbice para intentar mejorar la situación actual y promocionar la bicicleta como un medio de transporte sostenible, posible y atractivo.

Por ello, la Diputación ha dado "la primera pedalada" para lograr que la provincia cuente con una red de vías ciclistas en el territorio. Ésta consistió en la aprobación ayer del proyecto de norma al respecto que cumple el compromiso realizado por el gabinete Agirre en octubre de 2007 y el requerimiento de las Juntas Generales de febrero del año pasado. Eso sí, sólo supone el inicio de un largo proceso que se da un plazo de tres años para poder completar un Plan Territorial Sectorial de la bicicleta.

A pesar de ello, ya hay ideas claras para que este proyecto no se quede en agua de borrajas y siga adelante. Y es que el Ejecutivo foral ha habilitado algunas herramientas fundamentales para que la red se convierta en una realidad. Por ejemplo, el hecho de hacer expropiaciones para habilitar vías ciclistas abre un mundo de posibilidades que antes bloqueaba muchas acciones.

Planes De hecho, este recurso permitirá realizar, con el visto bueno del Ayuntamiento, la primera actuación que el Departamento foral de Obras Públicas quiere sacar adelante. Será la conexión del Anillo Verde en el salto que éste da en la N-102 a la altura de Gometxa. Un nexo que será un avance más para el disfrute de uno de los paseos más bonitos de Álava.

Así las cosas, en las expropiaciones se deberá tomar un terreno que cumpla con los requisitos de las dimensiones de las vías ciclistas. Esto es, además del área ciclable en sí, una zona de dominio público de un metro de anchura, más una servidumbre de dos metros y una zona de afección de otros dos que también estarán sujetas a la normativa. Por otro lado, y aunque todavía no se empezarán a hacer los primeros kilómetros de esta red, las próximas obras de mejora de las carreteras de la provincia podrían aprovecharse para adaptarlas a esta futura realidad. Eso sí, hay que tener muy claro que esta norma no afectará a todos los bidegorri existentes, sino sólo a los así señalizados.

El proyecto, que aún debe pasar por las Juntas Generales, contempla otros detalles como la definición de los distintos tipos de vías ciclistas y sus restricciones. Así las cosas, los vehículos a motor no podrán usarlas salvo que tengan un permiso expreso para hacerlo. Además, sus usuarios tendrán un límite de velocidad de 40 kilómetros por hora y las vías contarán con un régimen de protección que exigirá autorización para realizar obras soterradas, entre otras. El incumplimiento de estas obligaciones acarreará sanciones de entre 30 y 60.000 euros.