Vitoria. Los hospitales de Gasteiz han superado con suficiencia el primer pico epidémico de la gripe A, cuya incidencia entre la población continúa descendiendo semana tras semana. Con los últimos datos del Departamento vasco de Sanidad en la mano, ya son cinco consecutivas. Y salvo en casos muy puntuales, ni las Urgencias ni las plantas hospitalarias de los centros médicos de la capital se han visto saturadas desde que se desató la pandemia a comienzos del verano.
Ahora, los responsables sanitarios aguardan un todavía previsible rebote del virus, que puede coincidir con el inicio real del invierno. Cabe recordar que el frío intenso y la humedad son los dos principales caldos de cultivo para favorecer la expansión de la gripe.
En el Hospital Santiago, a día de hoy, la "normalidad absoluta" marca la actividad asistencial. Lo corrobora Jesús Muñoz, director gerente del centro de la calle Olaguíbel. Ni siquiera en las semanas de mayor incidencia del virus la situación ha sido peor que en años anteriores.
En el pico de gripe más alto de la temporada, que tuvo lugar a comienzos del pasado noviembre, se llegaron a superar en la CAV los 550 casos por 100.000 habitantes, más de el doble que lo que sucedió en la semana más crítica de 2008.
"Hemos tenido muchos ingresos, pero siempre ha habido camas libres en el hospital y no se ha suspendido ningún tipo de actividad programada", certifica Muñoz. Según las cifras que maneja, la máxima ocupación de camas durante la temporada gripal se ha situado en el 92%. Ahora que la incidencia del virus si siquiera alcanza los 100 casos por 100.000 habitantes, hay cerca de 30 camas libres en el centro hospitalario.
En lo que respecta a las Urgencias, a día de hoy se está atendiendo a alrededor de 130 pacientes al día, incluidos los sospechosos de portar gripe, mientras que en los picos más altos se ha llegado a los 200. "Nada especialmente alarmante", según justifica el gerente de Santiago.
El hospital, de hecho, no ha necesitado activar una de sus medidas de prevención más importantes para hacer frente a la gripe: la apertura de sus infrautilizados velatorios, preparados para asistir a pacientes supuestamente leves. Tal y como adelantó este periódico, Santiago dispuso allí un consultorio y dos salas de espera para recibir a los usuarios cuando el servicio tradicional de Urgencias quedase desbordado. Hasta ahora, no ha sido necesario.
la pediatría, con trabajo En Txagorritxu la situación no ha sido peor, aunque el hecho de que las Urgencias pediátricas estén allí centralizadas unido a que la gripe se ha cebado especialmente con los más pequeños sí que ha provocado "colapsos puntuales".
Luis Jiménez, trabajador del servicio y portavoz del sindicato ELA, certifica que el volumen de trabajo "no ha sido mucho mayor que en años anteriores", aunque en ocasiones sí que haya habido problemas para dotar de camilla a todos los pacientes que tocaban la puerta del servicio de Urgencias.
Al igual que en Santiago, las principales actuaciones propuestas para frenar un posible colapso de esta sensible unidad se han quedado, por el momento, en el papel.
El plan de contingencias de Txagorritxu previó, si fuese necesario, el cierre de las consultas externas y la ampliación de su servicio de Urgencias a todo el semisótano del centro para atender a los sospechosos de portar el virus AH1N1. Tampoco han sido necesarias ninguna de estas dos actuaciones.
Con todo, la actuación más destacada fue la construcción de un prefabricado anexo a las Urgencias tradicionales para atender, en exclusiva, a los pacientes con gripe A. El edificio permanece cerrado a día de hoy pese a que ya se encuentra preparado y amueblado para asistir a los pacientes que lo requieran.
"Y existe poca previsión de abrirlo", según confiesa Jiménez, pese a que el personal para trabajar en el nuevo servicio incluso ya estaba asignado. Hace un mes, portavoces de Osakidetza también informaron a DNA de que la incidencia del virus "aún no requería" la apertura de la unidad, pese a que Euskadi se encontraba ya en pleno pico epidémico.