DONOSTIA. Agentes de la Brigada Provincial de Extranjería y Fronteras de la Comisaría de Policía de Donostia detuvieron, en la madrugada del pasado 25 de noviembre, a un total de cinco personas como integrantes de un grupo organizado que se dedicaba a captar mujeres en Rusia, a las que se les ofrecían falsos contratos de trabajo para desempeñar labores domésticas y de hostelería y a las que luego se obligaba a ejercer la prostitución.
Según informó la Delegación del Gobierno en el País Vasco, cuando estas mujeres llegaban a España eran informadas de las deudas que habían contraído en su viaje y eran alojadas en un "piso de seguridad", donde las amenazaban y coaccionaban, obligándolas a ejercer la prostitución para saldarla deuda adquirida. Para ello les retiraban sus pasaportes y las amenazaban con llevarlas a locales de alterne de distintas ciudades del territorio nacional.
Estas mujeres estaban controladas, en todo momento, por otras que trabajaban para los responsables de la mafia organizada y que les impedían abandonar el piso donde descansaban o los clubes donde trabajaban.
La Policía Nacional inició las investigaciones hace varios meses, pero no fue hasta el pasado día 25 cuando se desencadenó la operación policial, después que una de estas mujeres víctima de la organización logró escapar y se presentó en las dependencias de la Comisaría de San Sebastián para denunciar los hechos.
VIOLACIÓN
En la comisaría, además de narrar cómo fue captada en Rusia y trasladada a la capital guipuzcoana, también relató cómo poco a poco la fueron introduciendo en la prostitución y que fue violada por uno de los clientes a los que tenía que atender en una pensión y posteriormente violada también en otro domicilio de esta misma ciudad.
Los agentes, tras sus investigaciones, pudieron conocer que las mujeres retenidas por la organización contraían unas deudas con sus captores que variaban entre los 1.500 y los 2.000 euros, dinero que aumentaba cada día que no se liquidaba la deuda. A estas mujeres sólo les entregaban 20 euros semanales para que pudiesen comprar tabaco, a pesar de los altos beneficios que lograban siendo obligadas al ejercicio de la prostitución.
El perfil de las chicas que captaba la organización en Rusia, a través de una mujer originaria de ese país que las reclutaba, entre otros, para clubes de San Sebastián, era de mujeres muy jóvenes con familias desestructuradas y de escasos recursos económicos y sin conocimiento de idiomas.
Una vez en España, las introducían en un circuito cambiándolas de locales de alterne y de provincia cada cierto periodo de tiempo. El miedo a sufrir represalias, tanto ellas mismas en España, como sus familiares en Rusia, les impedía escapar de la organización y denunciar los hechos.
Después de obtener los correspondientes mandamientos de entrada y registro, autorizados por la titular del Juzgado de Instrucción, en funciones de Guardia, de San Sebastián, los funcionarios policiales registraron en el barrio donostiarra de Amara, los locales 'Gau Txori' y 'Marilin' y una vivienda, a escasos metros de esos clubes, donde se alojaba a las chicas bajo la supervisión de una de las encargadas, la cual fue detenida cuando salía de la casa con un hombre al que le constaba una orden de expulsión.
DETENCIONES
Durante los registros se procedió a la detención de la bielorrusa Alena A., alias 'Adriana', la principal responsable del grupo en Donostia y quien, al parecer, tenía el contacto en Rusia para reclutar a las mujeres. Los agentes detuvieron también a su marido José Ignacio I. T., el encargado de recibir en los distintos aeropuertos a las chicas, trasladándolas directamente al piso de seguridad ubicado en la calle Carlos I de la capital guipuzcoana.
A esta pareja se les imputan delitos de detención ilegal, delito contra los derechos de los ciudadanos extranjeros, delito contra los derechos de los trabajadores y delitos relativos a la prostitución.
Además, resultaron detenidas también las tres mujeres que se encargaban del control de las chicas, Olga K., en el Club 'Gau Txori'; Luz C.R., en el Club 'Marilin', y Karina A., en la vivienda. A todas ellas se les imputan, entre otros, delitos de coacción. En la misma operación se detuvo a cinco mujeres que trabajaban en los citados clubes de alterne, acusadas de un delito de infracción a la Ley de Extranjería por encontrarse en situación irregular en España.
En los registros efectuados, la Policía incautó los pasaportes que les habían sido retirados a las chicas como medida de presión, así como documentos relacionados con los hechos investigados, unos 3.500 euros en efectivo, teléfonos móviles y numerosos listados en los que se controlaban las actividades de las chicas.
En cuanto a la agresión sexual denunciaba por la mujer que dio lugar a la actuación policial, el autor ha sido identificado pero no localizado aún. Se trata de un ciudadano ucraniano, que se encontraba en Gipuzkoa por asuntos laborales y residente en Barcelona, que se encuentra en busca y captura ya que se encuentra con estancia irregular en España.