Vitoria. Las piezas más pequeñas del entramado institucional del territorio histórico de Álava eligieron ayer a los componentes de sus respectivos órganos de gobierno: las juntas administrativas. Lo hicieron a través del sufragio universal ejercido por los vecinos de los pueblos más pequeños, los concejos, que celebraron las elecciones a sus juntas administrativas en un clima de total normalidad.
Cerca de 30.000 alaveses de la zona rural estaban llamados a las urnas en una jornada real de democracia directa. Acudieron varios miles a depositar sus papeletas en alguno de los 336 colegios electorales habilitados a tal efecto, uno por cada una de las entidades locales menores existentes en la provincia -aquéllas que, por su tamaño o por sus recursos (o por ambas condiciones), no llegan a la categoría de municipio-. La jornada comenzó a las 11.00 y terminó a las 15.00 horas en las casas de concejo o en los lugares públicos preparadas para la ocasión.
Según los datos facilitados desde la Asociación de Concejos de Álava, a la cita electoral se presentaron un total de 313 personas reunidas en 72 candidaturas. En los concejos en los que no se conformó ninguna plancha, los vecinos eligieron en forma de concejo abierto. Es decir, entre sus propios convecinos mayores de 18 años, que pasaron a desempeñar el papel de electores y potencialmente elegibles al mismo tiempo.
La normativa vigente recuerda que las juntas administrativas se establecen en función del número de habitantes de cada localidad. Como regla general, cada junta tendrá un mínimo de tres personas: el presidente y dos vocales. Pero si el concejo tiene más de 400 habitantes, por cada 200 vecinos más, se añade otro vocal. Aún así, esto no asegura que todos los concejos conformen su organismo correspondiente.
Las juntas administrativas no cuentan con la capacidad de decisión de otros ejecutivos. Sin embargo, representan directamente a la población y cuentan con competencia en materia de obras públicas y conservación del patrimonio. A partir de ahora, los electos desarrollarán su responsabilidad gratuitamente.
Después de la jornada de ayer, la Junta Electoral proclamará el próximo 4 de diciembre a los regidores que más votos han conseguido y los vocales mínimos que corresponde a cada concejo. Será a partir de ahí cuando se abrirá el periodo de renuncias. De esta forma, si alguno de los elegidos no quiere recibir el cargo, la lista correrá al siguiente más apoyado.
Posibles renuncias En caso de que se diera la circunstancia de que ningún vecino asumiera la responsabilidad, el Ejecutivo foral es el encargado de ocuparse de la gestión de esa junta administrativa. Para ello, establecerá una gestora que tiene la obligación de convocar elecciones en un año. Si no se consiguen los representantes requeridos, se elimina la junta administrativa y el concejo pasa a ser un núcleo dependiente del Ayuntamiento correspondiente para todos los servicios. Aun así, se cubran o no todos los puestos de representación, serán 1.051 cargos públicos los que votarán los vecinos alaveses de la zona rural del territorio. Los resultados se sabrán en apenas unos días.