Washington. El presidente de EEUU, Barack Obama, ofrecerá durante la próxima cumbre de cambio climático en Copenhague reducir las emisiones contaminantes de su país en un 17% para 2020 frente a los niveles del 2005, informó ayer la Casa Blanca. Hasta ayer no se había confirmado que Obama asistiría al encuentro. Según indicó la Casa Blanca en un comunicado, el presidente explicará en la capital danesa el camino a seguir para alcanzar su objetivo de reducir las emisiones en un 83% para el año 2050.
A la espera de que el Congreso apruebe legislación al respecto, la Casa Blanca señaló que el camino a seguir implicaría la citada reducción del 17% para el 2020, un recorte del 30% para el 2025 y otro del 42% para el año 2030 que culminaría con el 83% en el 2050.
La Casa Blanca señaló que esos objetivos provisionales están en línea con la actual legislación en ambas cámaras del Congreso y demuestran "una contribución significativa a un problema que EEUU ha desatendido durante mucho tiempo".
A pesar de que el anuncio del Gobierno estadounidense supone un avance a la hora de negociar en la cumbre, el compromiso de EEUU tiene como referencia las emisiones de CO2 de 2005 y no de 1990, un año en el que los niveles de contaminación eran muchos más altos. La propuesta de la UE, sin embargo, sí contempla reducir sus emisiones respecto a 1990 (la cifra acordada fue del 20%).
la postura de la ue Por su parte, los veintisiete países de la Unión Europea acuden a Copenhague con el convencimiento de que el bloque seguirá liderando los esfuerzos contra el cambio climático, pero sin adelantar cifras de ayuda a los países en desarrollo y sin compromisos claros.
Sin embargo, la UE espera que la conferencia de la ONU sobre cambio climático de los próximos 7 al 18 de diciembre sea un éxito y de ella salga un acuerdo vinculante que incluya objetivos nacionales de reducción de emisiones y cifras de financiación a países en desarrollo.
Los Veintisiete se comprometieron el pasado diciembre a recortar en 2020 sus emisiones de dióxido de carbono (CO2) un 20% con respecto a los niveles de 1990 y ofrecieron elevar esa reducción al 30% si otros países realizan "esfuerzos comparables". Sin embargo, la UE no ha concretado todavía qué consideraría un esfuerzo equivalente, por lo que el paso al 30% quedará con toda probabilidad en el aire hasta el final de las negociaciones de Copenhague.