madrid. Más de la mitad de las mujeres que acuden a los servicios de atención a drogodependientes son víctimas de la violencia machista, si bien los expertos sostienen que el porcentaje de las que sufren este doble problema es mucho más elevado, porque gran parte de ellas ni siquiera solicita ayuda.

Así lo expuso ayer Violeta Castaño, autora del estudio La Atención a la problemática conjunta de drogodependencia y violencia de género en la población de mujeres. El análisis, basado en encuestas y entrevistas tanto en centros de la red asistencial de drogas como de víctimas de maltratos, revela cómo estos asuntos se abordan sin perspectiva de género.

"No existen recursos asistenciales que tengan en cuenta el tratamiento desde la perspectiva de género, ya que los servicios de atención a drogodependientes no atienden otro tipo de problemas como el maltrato", señaló Castaño. Añadió que en la red de asistencia al maltrato se rechaza directamente a las drogodependientes por entender que su trastorno adictivo es "más urgente" y no les permitirá integrarse en una comunidad terapéutica.

El perfil de esta fémina, enganchada a la droga y a un hombre que le pega, es el de una mujer de entre 31 y 40 años, con una edad media de 36. En el 51% de los casos las afectadas son solteras, pero con un porcentaje importante de separadas -34,5% -, y con hijos. En el momento de solicitar tratamiento, la mayoría convivía con su familia de origen.