Huesca. El juicio que se sigue contra Santiago Mainar por el asesinato del alcalde de Fago, Miguel Grima, tuvo su foco de atención fuera de la sala de vistas después de que varios medios de comunicación revelaran el contenido de la primera declaración que el acusado realizó ante la Guardia Civil. En la considerada como principal prueba de cargo, el ganadero se autoinculpó de crimen admitiendo con gran frialdad que estuvo esperando a la víctima "como a un conejo en una jaula", para añadir que cuando se bajó del coche, le disparó "directamente y ya está, sin más".

Como se ha informado, Mainar niega ahora su autoría alegando que reconoció ser el autor del asesinato para rebajar el estado de tensión que se había generado en la localidad a causa de este suceso.

La acusación tarta de demostrar que en dicho testimonio, prestado sólo nueve días después del asesinato, Mainar ofreció datos que sólo podía conocer el autor material del disparo. Relataba que después arrojó el cadáver por un barranco. "Lo pasé al otro lado de la carretera. De la mano lo llevé allí y él sólo, pom, pom, pom...", en referencia cómo cayó por la pendiente.

su hermana le respalda En cuando a lo sucedido en la sala de vistas, ayer declararon un total de 22 testigos. Marisa Mainar, hermana del acusado, defendió "firmemente" la inocencia de Santiago Mainar y aseguró que "jamás" ha visto en él un sentimiento de pesar o una palabra sospechosa que le hiciera intuir que escondía algo.

También recordó que su hermano, en algunas ocasiones, había dicho que Grima tenía tantos problemas con la gente que consideraba que la situación "iba a acabar en una tragedia" y el alcalde en alguna "cuneta", aunque insistió en que su hermano nunca tuvo problemas personales con nadie.

Respecto a la declaración inculpatoria de su hermano, reiteró que él quería quitar presión al pueblo y pensaba que "si alguien tenía que cargar con el asesinato tenía que ser él", ya que no tenía "cargas familiares", pero a su juicio quizá no midió la trascendencia de lo que estaba haciendo, porque eran momentos muy difíciles, de muchas emociones y sensaciones, como pena o angustia.

"Sentí confort con la muerte"

Los testigos que declaron ayer dejaron de manifiesto el ambiente de hostilidad que había en el pueblo y, a preguntas de las partes, fueron recordando los diferentes juicios señalados como consecuencia de denuncias cruzadas, relacionadas con permisos de obras, con el paso del ganado por el pueblo, con empadronamientos o incluso con agresiones.

Uno de ellos, Miguel Ángel Puyo, reconoció que se alegró en cierta manera e incluso sintió "cierto confort" al enterarse de la muerte del alcalde, aunque "no de las circunstancias" en las que ésta se produjo, y, aunque a preguntas del fiscal ha dicho que no es justificable pegar una paliza a nadie, ha comentado que a veces "puede no quedar otro remedio". La respuesta del fiscal ha sido: "Su sentido democrático de la vida me alucina".

Varios testigos coincidieron en relatar que cuando Grima accedió a la alcaldía su forma de actuar cambió y se volvió muy estricto, lo que le llevó a perder muchas de las amistades que tenía.

Uno de ellos, Enrique Orduna, ha puesto como ejemplo un día en el que él estaba pasando con su ganado cerca del pueblo y el edil les dijo en actitud amenazante: "Como alcalde de Fago, os vais a enterar", algo que él no entendió.