Las formas de vivir han cambiado notablemente en los últimos 50 años en todos los segmentos de edad y las personas sénior no son ajenas a estos cambios. Mientras que en el pasado era habitual que los padres y madres se mudasen a casa de alguno de sus hijos/as para que les atendieran o que las personas acabasen sus días en la que había sido su casa durante toda la vida, ahora existen otras alternativas que son decididas por los mayores.

Gran parte de esta población, desea mantener su vida de manera independiente, pudiendo gestionar su tiempo y tomar las decisiones que deseen. Esta forma de entender la vida no implica que deba hacerse en soledad y están surgiendo nuevas formas de vivir que se adaptan en esa etapa en la que se quiere conservar la individualidad, pero gozar del contacto con otras personas de similares edades. La vivienda como sinónimo de hogar tiene un valor importante en la vida de las personas, pero el concepto de vivienda tradicional se amplía con nuevos términos.

Cohousing o vivienda colaborativa: es una fórmula de convivencia donde se integran viviendas privadas con zonas comunes y en la que sus socios/as gestionan el edificio en el que residen y las actividades que realizan. Es un proyecto comunitario en que las personas se unen y comparten espacios comunes donde poder realizar actividades conjuntas, al tiempo que cada una de ellas posee su propia vivienda independiente que se encuentra dotada de todas las comodidades que puedan requerir. Además, pueden gozar de servicios orientados a ellas: comedor con cocineros, servicio de limpieza, atención médica disponible durante todo el día, actividades deportivas dirigidas, etc. Todas sus necesidades estarán perfectamente cubiertas, mientas gozan de la privacidad y libertad que desean tener.

Compartir vivienda: ¿Recuerdas la serie televisiva Las chicas de oro? Es un ejemplo claro de piso compartido: cuatro mujeres mayores comparten casa. Son independientes, cada una hace su vida y se reúnen en la cocina o el salón a contarse sus alegrías y penas.

Viviendas tuteladas: Son hogares en régimen de alquiler para personas a partir de 60 años que cuenten con plena autonomía funcional y quieran vivir independientes, pero con acceso a algunos servicios de supervisión, teleasistencia, apoyo personal y social. Los apartamentos tutelados pueden ser individuales, dobles o triples y se pueden compartir en pareja, con un amigo/a, un hijo/a mayor o con una persona en situación de dependencia.

Servicios domiciliarios: Cada vez más, se busca asegurar unos cuidados a domicilio completos y de calidad para las personas mayores que quieran permanecer en su casa. Los cuidados pueden ser por horas, se pueden realizar por personal interno o puede optarse por teleasistencia.

Residencia asistida: son centros de carácter socio-sanitario que ofrecen alojamiento, convivencia y atención integral, ya sea de forma temporal o permanente, a las personas mayores en situación de dependencia.

Hoteles y apartahoteles: son establecimientos especializados en personas mayores, con las prestaciones similares a las de las residencias, pero con un ideario diferente. Es un hotel hogareño en el que las personas se encuentran en total libertad.