Existen diversos tipos de vehículos públicos y personales que cumplen con la necesidad de disminuir las emisiones a la atmósfera del transporte terrestre. Las grandes ciudades ofrecen alternativas cada vez mayores, desde el transporte público limpio, como el metro, el tranvía o el tren, entre otros, hasta todo tipo de vehículos eléctricos individuales y compartidos que no emiten ningún tipo de gas contaminante de forma local, como el coche y la moto eléctricos.

En la actualidad, los vehículos sostenibles más utilizados son los eléctricos. Están propulsados por uno o varios motores eléctricos y pueden alimentarse a través de una fuente externa que les suministre energía eléctrica. También pueden ser autónomos si disponen de baterías, generadores eléctricos o paneles solares que consigan convertir el combustible en electricidad.

Los vehículos eléctricos pueden ser: de carretera y ferrocarril, embarcaciones de superficie y submarinas, aviones y naves espaciales. Entre los vehículos individuales propios, aunque pueden ser compartidos, destacan la bicicleta eléctrica, el patinete eléctrico, el coche eléctrico y la moto eléctrica. Cada uno con sus propias características y ventajas.

Silenciosos y respetuosos con el medio ambiente

El coche eléctrico está impulsado con la fuerza de un motor alimentado por electricidad, líder en términos de eficiencia y una pieza clave en la movilidad del futuro. Entre sus características principales destacan que son silenciosos y respetuosos con el medio ambiente, únicamente necesitan electricidad para funcionar y no contaminan.

Provocan cero emisiones, llevan la etiqueta CERO de la Dirección General de Tráfico (DGT). Apenas necesitan mantenimiento, ya que poseen una tecnología muy avanzada, y a nivel mecánico el número de componentes de un coche eléctrico está reducido al máximo. Y también la motocicleta eléctrica está impulsada por un motor eléctrico como propulsión que no emite contaminación. Supone un ahorro considerable en el pago de impuestos, ya que, con su correspondiente pegatina de la DGT, son menores que los de otros vehículos.

Otra opción es la bicicleta eléctrica, similar a convencional, pero cuenta con una serie de añadidos, dispone de una batería que se encarga de almacenar la energía y su motor ayuda a subir los tramos inclinados. Y tiene cierto parecido en prestaciones con el patinete eléctrico que lleva integrado un motor eléctrico. Su fuente de alimentación es la batería y son controlados por la potencia del motor. Permiten saltarse los atascos gracias a su agilidad y el reducido espacio que ocupan. Encontrar aparcamiento con ellos es muy fácil, no será necesario seguir dando vueltas para encontrar sitio en las grandes ciudades, por eso son muy útiles. La diversión es una de las características principales de este tipo de transporte ecológico, además de su sencilles y rapidez.

El mundo de la automoción se encuentra en constante cambio a una gran velocidad y es muy probable que la época actual sea crucial a la hora de definir el futuro de la misma, como en su momento lo fue la que marcó la popularización del motor diésel, el turbo o los frenos de disco. Está claro que el transporte sostenible va en aumento, aunque queda mucho por hacer para poder respirar aire limpio en las ciudades.