El 5 % de la ciudadanía ha tenido contacto con el coronavirus. Son los datos preliminares del estudio de seroprevalencia que han hecho el Ministerio de Sanidad y el Instituto de Salud Carlos III, que no aprecia diferencias ni por sexo ni por edad, pero sí geográficas, y del que se desprende que la tasa de letalidad del coronavirus es del 1,15 %. ¿Pero qué significa el término "inmunidad de rebaño y por qué el Estado está lejos de conseguirla?

También conocida como inmunidad colectiva o de grupo, este fenómeno se produce cuando un número de personas está protegido ante una infección y actúa como barrera para impedir que el virus alcance a aquellos que todavía podrían contagiarse. Cabe destacar, que generalmente, este tipo de defensa se consigue cuando entre el 60% y 70% de la población ha padecido la enfermedad o se dispone de una vacuna.

En el caso de la Covid-19, se suceden los ensayos para conseguir dar con una vacuna que sea efectiva contra el virus. Por otro lado, los gobiernos se aferran al objetivo de conseguir que haya tantas personas que han superado la enfermedad, para conseguir que éstas sean inmunes y actúen a modo de barrera frente a aquellas personas que todavía no se han contagiado. Sin embargo, la cifra de inmunizados se sitúa todavía en torno a los dos millones, de acuerdo con la información presentada este miércoles por el ministro de Sanidad, Salvador Illa.

Esta defensa se consigue cuando entre el 60% y 70% de la población ha padecido la enfermedad o se dispone de vacuna

Así las cosas, según la directora del Centro Nacional de Epidemiología, Marina Pollán: "La prevalencia que estamos encontrando está muy lejos de permitirnos afirmar que hay inmunidad de grupo". "Podría haber un repunte de la infección si se multiplicasen los contactos con las personas que son portadoras del virus. No sabemos qué va a pasar", añadía.

El caso de Reino Unido

Para detener el avance del coronavirus, el Gobierno británico diseñaba una estrategia dividida en cuatro fases. La primera fue la de contención. Similar a la puesta en marcha en el resto de países, se basó en aislar a los primeros casos, buscar a los contactos y guardar cuarentena.

La segunda fase, denominada de retardo, era radicalmente distinta de la del resto de países. Ajena a las recomendaciones de la OMS, consistía en proteger a la población más vulnerable (ancianos y enfermos crónicos) para dejar que el virus alcanzase al resto de la ciudadanía. El objetivo de esta segunda fase era que se infecte un número suficiente de personas como para adquirir la inmunidad de rebaño.

Una apuesta más que arriesgada, si tenemos en cuenta que para que se alcanzase esa inmunidad de grupo, en Reino Unido deberían infectarse 47 millones de personas. Además, se ha estimado que 1 de cada 5 personas infectadas desarrollaría la enfermedad de manera grave y su letalidad se ha fijado en el 2,3%. En definitiva, para que Reino Unido alcanzase su objetivo, se estima que 8 millones de casos serían graves y la mortalidad rondaría el millón de personas. Incluso si se excluye a los mayores, el número de fallecidos ascendería a 250.000. Unas cifras que han llevado a las autoridades a renunciar a esta estrategia.