- No hay que rebuscar demasiado en la hemeroteca para encontrar declaraciones del presidente español, Pedro Sánchez, en las que se refiere a la ultraderecha de Vox como una amenaza para la democracia. En línea con la idea del cordón sanitario, Sánchez acaba de plantear estos días al PP de Pablo Casado la posibilidad de frenar la entrada de Vox en el gobierno de Castilla y León con la ayuda de los socialistas, a cambio de que los populares rompan con la ultraderecha en las comunidades autónomas. Pero el Gobierno español tiene estos días en sus propias manos un dilema sobre Vox donde la última palabra la tiene Sánchez, y sus decisiones serán claves para que la marca de Santiago Abascal engorde más aún o frene su ascenso.
Se especula con un adelanto de las elecciones generales para convertir al PSOE en la principal referencia del centro español, en un momento en que el PP se desangra por la guerra entre Ayuso y Casado, Ciudadanos se descompone, y Unidas Podemos aún carece de un liderazgo claro con la hipotética candidatura de Yolanda Díaz en proceso de construcción. Pero partidos como el PNV ya están avisando de que esa cuenta de la lechera podría provocar también un auge espectacular de Vox. En concreto, fuentes de la Ejecutiva jeltzale consultadas por este periódico reconocen que “la tentación para Sánchez va a estar ahí, muy presente, con la crisis del PP, Podemos sin un liderazgo claro y C’s en descomposición”. “Pero confiamos en que actúe con altura de miras y no con luces cortas”, añaden desde el PNV.
Lo que quieren trasladar desde el partido que dirige Andoni Ortuzar es que “las elecciones las carga el diablo, a nivel estatal e internacional”, y que “sería desastroso para la democracia, pero también para el PSOE, obtener un gran resultado a costa de que Vox tuviera 70 u 80 diputados o incluso que se erigiera en líder de la oposición”. “Más que en elecciones, Sánchez debe pensar en recomponer y reforzar la mayoría de la investidura, teniendo más en cuenta a su socios”, explican.
Vox tiene 52 escaños sobre un total de 350 en el Congreso de los Diputados, lo que ya de por sí supuso una irrupción considerable, y sigue una trayectoria en ascenso como lo ha demostrado la convocatoria electoral en Castilla y León, donde ha subido doce escaños hasta alcanzar los 13. El cansancio por la pandemia, el auge de los discursos populistas en Europa, y el nihilismo que ha corrido como la pólvora en el Estado español por el clima de inestabilidad y crispación política han sido el caldo de cultivo perfecto para una formación que representa una involución en el sistema autonómico, de igualdad entre mujeres y hombres y de convivencia con las personas migrantes.
Lo que plantea el PNV ante este escenario es que Sánchez no sucumba a la tentación de convocar unas elecciones, y que apueste por recomponer la relación con sus socios de investidura. Sánchez viene de ensayar mayorías alternativas en la votación de la reforma laboral, donde se resistió a atender las demandas de PNV y ERC, y finalmente salvó la votación por un solo voto y de carambola. Pero esa sensación de inestabilidad parlamentaria sería solo un espejismo si Sánchez retornase al camino conjunto con los partidos que lo apoyaron para que se convirtiera en presidente español. En ese sentido, los jeltzales esperan que se resuelva este mes el enredo de la transferencia del Ingreso Mínimo Vital, y ERC le pide que convoque la mesa de diálogo sobre el conflicto político y sea mucho más ambicioso que el viernes, en una comisión bilateral que se saldó con avances tímidos en materia competencial.
Por otro lado, el presidente de Eudel y alcalde de Gasteiz, Gorka Urtaran, defendió ayer que “escuchar a la gente, conocer sus necesidades y canalizarlas a través de las instituciones es el mejor antídoto contra el auge de la extrema derecha”. Así lo dijo en el transcurso de un nuevo encuentro del proceso de escucha activa Entzunez Eraiki que ha puesto en marcha el PNV y que ayer se celebró en el Museo Artium. Fue una reunión con un centenar de responsables internos e institucionales como el propio líder del PNV, Andoni Ortuzar. Urtaran apostó por volver a “tomar el pulso a la sociedad” tras estos dos años de pandemia.
“Escuchar a la gente es el mejor antídoto contra el auge de la extrema derecha”
Presidente de Eudel y alcalde de Gasteiz