- Los ecos del Congreso retumban en el Palau de la Generalitat. La nueva aritmética surgida en la Cámara baja con la aprobación de la reforma laboral tiene sus efectos secundarios en Catalunya aunque Pere Aragonès hizo ayer un llamamiento a no ligar el conflicto catalán a los acontecimientos de la política española, más todavía cuando la mesa de diálogo sigue aparcada sin fecha prevista para ser retomada, aunque todo apunta a que no será, como mínimo, hasta la primavera. Las elecciones de Castilla y León y, posteriormente, los comicios andaluces pueden determinar el futuro inmediato de esta herramienta. “La negociación para resolver el conflicto no depende de ir votando a favor de cada ley que presenta el Gobierno del Estado en el Congreso de los Diputados”, manifestó el president. El Jefe del Govern señaló que si el Ejecutivo de Pedro Sánchez está comprometido con la resolución lo debe demostrar con diálogo y negociación y no subordinarlo “a que haya el apoyo parlamentario siempre y en todo momento, porque si no es que no se cree lo que ha ido diciendo”.
El líder de Esquerra conminó a que este año haya sin excusas “señales de que se comienza a desbloquear el conflicto político”, aclarando además que su Govern no tiene intención de levantarse de la mesa, y que si es el Gobierno español el que no quiere afrontar el asunto, que lo explique. Es más, acusó al gabinete de Sánchez de “arrastrar los pies ante la necesidad de resolver el conflicto”, por lo que llamó de nuevo a la movilización del independentismo para presionar al Ejecutivo español a negociar. A juicio de Aragonès, la mesa de diálogo es “una oportunidad que es muy difícil que se pueda volver a dar”. “Hay que poner toda la presión para que todo el mundo entienda que tiene que poner de su parte para dar con una solución. Mirar hacia otro lado, ponerse de perfil, es lo que hizo Mariano Rajoy. Por lo tanto, Pedro Sánchez no debería hacer lo mismo”, zanjó. La ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Raquel Sánchez, precisó que el rechazo de ERC a la reforma no será impedimento para la mesa. “No hay aún una previsión de fecha, lo que tendría que hacer Aragonès es convocar la mesa de diálogo de partidos catalanes y esto aún no se ha hecho. Nuestra disposición es convocarla cuando toque. Está funcionando”, afirmó.
En este contexto, el president aseveró que, por su parte, sigue con la mano tendida a los comunes como socio parlamentario en Catalunya y les solicitó que “no subordinen” su estrategia en el Parlament a las dinámicas de la política española. Así reaccionó a la amenaza de En Comú Podem de que si ERC no avalaba la reforma laboral, retiraría su apoyo parlamentario al Ejecutivo catalán después de haberle aprobado los Presupuestos. Aragonès no tiene “ninguna duda de que los comunes van a participar” en la comisión de seguimiento del acuerdo, y desdeñó la reforma laboral por ser “insuficiente” porque no permite “recuperar competencias” que el PP retiró a la Generalitat en cuestiones como la autorización administrativa previa en los ERE.
En el marco del conflicto, el Jefe del Govern propuso “pasar a la ofensiva democrática de las grandes mayorías” frente a la “represión” y el “cuestionamiento de la voluntad popular expresada en las elecciones que supone, sin ir más lejos la retirada del escaño del diputado Pau Juvillà”. Frente a la “actuación ilegitima y desproporcionada” de la Junta Electoral Central (JEC), que intenta “cambiar la decisión de los electores”, es partidario de “actuar todos juntos en defensa del escaño”. Aragonès, que pospuso su ronda de contactos con el mundo independentista, es partidario de plantear “una propuesta en positivo para el conjunto del país que debe partir de los mínimos compartidos del independentismo: amnistía y autodeterminación”.
“La negociación para resolver el conflicto no depende de votar a favor de cada ley que presenta el Gobierno del Estado”
“La mesa de diálogo es una oportunidad que es muy difícil que se pueda volver a dar”
President de la Generalitat