- La crispación política en el Estado y la inestabilidad en el seno de la Guardia Civil han llegado a tal punto que el Gobierno español se vio obligado ayer a descartar públicamente que se vaya a producir una “insubordinación” en las fuerzas de seguridad o que exista un “riesgo de involución”, en referencia velada a un golpe de Estado. El mensaje lo lanzó precisamente la ministra de Defensa, Margarita Robles, en un intento de aplacar las especulaciones que alimentó su propio socio de gobierno, Unidas Podemos. El vicepresidente Iglesias acusó a la ultraderecha de Vox de querer dar un golpe de Estado y no atreverse, y se enfrentó también al PP por pretender, a su juicio, que la Guardia Civil incumpla las órdenes. Iglesias se ha disculpado parcialmente por esas declaraciones, y la consigna ahora en el Gobierno de coalición parece ser zanjar esta crisis y apagar el incendio avivado por Unidas Podemos, que se situó en clave de 23-F ante el estupor de sus aliados socialistas.

La polémica estalló con el cese del coronel Diego Pérez de los Cobos, en plena investigación judicial para esclarecer si el delegado del Gobierno en la Comunidad de Madrid cometió una imprudencia sanitaria al permitir las manifestaciones del 8 de marzo. Su destitución ha provocado un problema político al ministro Marlaska, quien se ha visto obligado a negar que fuera una purga y que tratara de quitarse de enmedio al coronel por los informes críticos con las marchas, que por otro lado estaban repletos de errores. Desde entonces, la Guardia Civil se encuentra en una situación de inestabilidad con ceses, renuncias y reestructuraciones. El PP ha tratado de desgastar al presidente Sánchez agitando el clima de confrontación y promoviendo un pulso a su gobierno. El secretario general del PP, Teodoro García Egea, recordó la anécdota del fundador de la Guardia Civil, el duque de Ahumada, quien dimitió “negándose a cumplir una orden injusta del general Narváez”. El presidente del partido, Pablo Casado, por su parte, se ha reunido estos días con colectivos de la Guardia Civil. Iglesias contribuyó al enredo al acusar a los populares de llamar a la Guardia Civil a que incumpla las órdenes, pero fue más allá con la ultraderecha de Vox, amparándose en el origen ideológico del partido, y acusó a los de Abascal de querer dar “un golpe de Estado” pero no atreverse.

Precisamente en el día de las Fuerzas Armadas, El País publicó ayer una entrevista con la ministra Robles, donde habla también de la muy comentada reunión con el exdirector adjunto operativo de la Guardia Civil, Laurentino Ceña, quien le pidió audiencia tras su dimisión y en un clima de descontento en el Cuerpo. A la pregunta de si la reunión fue tensa, Robles zanja que “en absoluto” lo fue y añade, tras una pausa, que fue una entrevista “profesional”. El encuentro, que despertó interés y se pudo malinterpretar en los primeros momentos por tratarse de una cita con la ministra de Defensa, se explica en la doble jurisdicción de la Guardia Civil, entre el ámbito de la seguridad y lo militar. La ministra dice que “no existe ningún riesgo de insubordinación en la Guardia Civil”. “La Guardia Civil sabe que tiene que cumplir las órdenes del Gobierno, estamos en un marco democrático, de la Constitución, y no hay ninguna razón para hacer esas consideraciones. Supongo que el vicepresidente lo dice en un contexto parlamentario, en el que hay un rifirrafe, pero yo le puedo asegurar que no hay ningún riesgo de involución en ningún ámbito”, zanjó.

Los caprichos del calendario quisieron ayer que esta controversia coincidiera con el día de las Fuerzas Armadas en el Estado. En ese contexto, el rey español, Felipe VI, como mando del Ejército, quiso escenificar que arroja agua sobre este incendio y dedicó una loa al papel de los militares en la crisis sanitaria, donde han tenido una sobreexposición en ruedas de prensa y limpieza de edificios a pesar de que el debate era esencialmente sanitario y, si acaso, de seguridad ciudadana.

Felipe VI habló de la, a su juicio, “profunda identificación del pueblo español con sus Fuerzas Armadas que, en esta situación, las ha sentido como suyas a su lado más que nunca”. Por las limitaciones del virus, ayer la cita tuvo un perfil muy bajo, sin maniobras militares. Todo se limitó a una videoconferencia desde el Mando de Operaciones de la Base de Retamares, en Pozuelo de Alarcón, con la participación de varias unidades de la operación Balmis contra el coronavirus. También Robles mostró su “agradecimiento infinito” a las Fuerzas Armadas, que tienen el “reconocimiento de todos los españoles”.