este miércoles se ha aprobado en el Parlamento Vasco una proposición no de ley que, aunque pueda parecer técnica y menor, merece una lectura más profunda. Ante las dificultades que tiene el Departamento de Educación para encontrar profesorado de francés suficientemente acreditado, "el Parlamento insta a que analice las posibilidades de colaboración en el marco de la eurorregión Nueva-Aquitania Euskadi Navarra".

La movilidad de los profesores entre diferentes sistemas educativos y lingüísticos me parece una enorme riqueza para el profesional que se desplaza y para la comunidad educativa que lo recibe. Lo es para el estudiante que tendrá acceso a profesores nativos con diferentes metodologías y costumbres. Y mejor aún si el intercambio de profesores fuera cruzado.

Este asunto permite una reflexión más general y ambiciosa que va más allá de la idea de nuestro país como bilingüe. La Unesco defiende la educación multilingüe con el "uso de al menos tres lenguas en el ámbito escolar: la lengua materna, una lengua regional o nacional y una lengua internacional". A quienes han nacido y crecido en comunidades monolingües esto del plurilingüismo les parece algo exagerado, innecesario y hasta imposible, pero para cientos de millones de personas es lo normal.

Nuestra comunidad cultural y social vasca, desde las Encartaciones a Atharratze, desde Laguardia hasta Uztaritze, es trilingüe. No es inteligente que en la CAPV vivamos de espaldas al francés, como si fuera una lengua extranjera como el alemán, el chino o el árabe. El francés es, además de una lengua vasca, una lengua universal que nos da acceso a una gigantesca producción cultural e intelectual y, como lengua oficial de los organismos internacionales, desde la ONU hasta la UE, nos abre puertas profesionales y políticas. El francés es hablado por 500 millones de personas y tiene diferentes reconocimientos de oficialidad en 49 estados, así que se convierte también en una herramienta comercial y económica de primer orden.

Nos toca subrayar ese "al menos" que decía la Unesco: "Uso de al menos tres lenguas en el ámbito escolar". Y es que, con el inglés como herramienta indiscutiblemente imprescindible, la apuesta de nuestro país debe ser el cuatrilingüismo. El sueño de un sistema educativo efectivamente cuatrilingüe es una gran oportunidad diferencial, política y económica, para nuestro país.

El maestro George Steiner, un viejo genio de las lenguas, las palabras y los significados, ha muerto esta semana tras una larga vida, intensa y fecunda. Ha dejado una entrevista póstuma llena de sabiduría. A la pregunta "¿qué le ha hecho más feliz?", contesta: "La felicidad de haber enseñado y vivido en muchos idiomas. La felicidad que he tratado de cultivar todos los días (en) mis cuatro idiomas (francés, inglés, alemán e italiano)" Nosotros también tenemos nuestras cuatro lenguas para ser felices.

Y si duda usted de la relación entre las lenguas, la felicidad y el disfrute, les dejo con las palabras del viejo sabio, que yo no me atrevo a comentar quizá porque haga falta cumplir cierta edad para decir estas cosas: "He tenido el enorme privilegio de tener relaciones amorosas en diferentes lenguas. Ha sido una enorme recompensa para mí, una ocasión de vivir múltiples vidas."

Vivámoslas.