MADRID - Según publicó ayer El País, tanto el presidente de Vox, Santiago Abascal, como el portavoz de la formación de la extrema derecha en el Congreso, Iván Espinosa de los Monteros, recibieron un salario de la formación entre febrero y octubre de 2014 con dinero procedente del exilio iraní. En el caso del actual portavoz en el Congreso, se aseguraba que el salario fue de 2.300 euros netos mensuales, unos 3.083 brutos.

Sin embargo, Espinosa de los Monteros cree que solo tienen el objetivo de “tapar la verdadera noticia”, que a su juicio es la financiación de Podemos con fondos “provenientes de regímenes totalitarios con vínculos con el terrorismo”. Según insistió, la financiación de Vox se ha hecho siempre “conforme a la legislación”. En el caso de las elecciones al Parlamento Europeo de 2014, “sin mucho éxito”, ya que Vox no obtuvo representación en la Eurocámara. Además, garantizó que los cinco años siguientes el partido se mantuvo solo con las cuotas y donaciones de sus afiliados y solo cobraron una nómina un grupo “muy reducido de personas”, mientras que la mayoría colaboraban de forma voluntaria. Después se produjo un enredo porque algunas agencias añadieron que Espinosa de los Monteros dijo que cobró “muy brevemente” de Vox durante la campaña para las elecciones europeas de 2014, no durante ocho meses, y que admitió haber recibido dinero iraní. Después lo negó en Twitter.

Fuera de la mesa Vox se desayunó ayer con otro contratiempo al quedar fuera de la Mesa de la Diputación Permanente del Congreso, que gobierna la Cámara durante los periodos inhábiles. Ignacio Gil Lázaro, de Vox, vicepresidente cuarto de la Mesa del Congreso, quedó fuera porque sus diez votos no fueron suficientes. La Mesa estará compuesta por dos representantes del PSOE, dos del PP y uno de Unidas Podemos. Espinosa de los Monteros tildó la composición de la Mesa de “inusual”. Este episodio desató nuevos recelos entre la ultraderecha y el PP, que negó que practicara un cordón sanitario. - Efe