Barcelona - Después de unos días de calma, los momentos de tensión volvieron ayer a Catalunya tras una convocatoria de los CDR, que se produjo al término de la manifestación pacífica de la ANC y Òmnium. Lo que comenzó como una acción simbólica de lanzamiento de pelotas de plástico a la Policía española derivó en momentos de mucha tensión y crispación, con cargas de los Mossos d’Esquadra para dispersar a los convocados porque la situación estaba pasando a mayores por parte de algunos grupos concretos y se estaban lanzando ya botellas, piedras y huevos en una lluvia de proyectiles.

Unas 10.000 personas, según la Guardia Urbana, se llegaron a concentrar por la noche ante la Jefatura Superior de Policía española en la Via Laietana de Barcelona, pero buena parte de este grupo, si no la mayoría, fue abandonando paulatinamente ese punto. La protesta comenzó siendo simbólica, con el lanzamiento de pelotas de plástico. Pero se vio acompañada por el lanzamiento por parte de algunos concentrados, en su mayoría jóvenes, de huevos y latas y otros objetos contundentes contra los furgones de los agentes, que también recibieron algunas pintadas. Varios de los manifestantes estaban encapuchados. Los CDR habían convocado esa protesta para devolver a la Policía las pelotas que les habían lanzado. Ya entrada la noche comenzaron el derribo de vallas y el lanzamiento de bengalas, y los Mossos respondieron golpeando a los manifestantes con sus porras y moviendo los furgones. Los incidentes se trasladaron hasta el entorno de plaza Catalunya y pasadas las diez de la noche comenzaban a arder barricadas en varias calles, como Paseo de Gracia. Al cierre de esta edición, se tenía noticia de cuatro manifestantes heridos leves en los choques, así como de un mosso herido grave que fue trasladado a un centro hospitalario, y al menos se habían producido tres detenciones. - DNA