gasteiz - El presidente del PNV, Andoni Ortuzar, incrementó ayer la presión sobre Sortu y la izquierda abertzale, a quien todo el arco parlamentario vasco exige que reniegue de la violencia de ETA, al denunciar lo que entiende como una “marcha atrás” que confió en que “corrija” a corto plazo.
Según dijo Ortuzar en una entrevista concedida a Radio Euskadi, recogida por Europa Press, esta sensibilidad política está dando “un paso atrás” que él personalmente lamenta. “Lo digo con pena, que nadie vea regocijo en mis palabras porque la izquierda abertzale vuelva a ser la dura, vuelve a sus cuarteles de invierno y vuelve a enseñar la peor patita”, afirmó el líder jeltzale.
“No se puede ver la paja en el ojo ajeno y no ser consciente de la viga que uno tiene en su propio ojo, y eso es lo que creo que está pasando en la izquierda abertzale, que pide cuentas a todos los demás, nos exige a todos los demás autocrítica, un código ético severo que, luego, no se autoaplica. Y no solo no se autoaplica, sino que en los últimos tiempos estamos viendo que casi hasta hace gala con orgullo de ese pasado”, advirtió Ortuzar, quien dijo que en todo caso respeta “mucho” a la izquierda abertzale. “Es la segunda fuerza política de este país y competimos electoralmente con ella, y nos gustaría poder colaborar para sacar adelante cosas buenas para esta sociedad”, apuntó.
En relación a la discusión sobre el relato, en la que Sortu apuesta por que cada cual pueda defender el que crea oportuno, Ortuzar señaló que en Euskadi, “como en cualquier sociedad compleja, moderna y libre, cada persona tiene su propio relato, su propia mirada sobre lo que ha pasado y cómo lo analiza”. Eso sí, “cuando alguien tiene problemas para decir que matar estuvo mal, para reconocer el daño injusto causado por esas acciones, es que algo grave le pasa”, añadió.
Para el presidente del Euzkadi Buru Batzar, ya no es “blanquear” a ETA, sino que “es un relato falso”. “En este país ha habido mucho dolor porque se ha matado injustamente y siempre que se mata está mal”, dijo Ortuzar, quien no entiende “que alguien tenga dificultades para reconocer esto, más allá de que eso pueda suponer que cincuenta años de su vida, de su trayectoria política, puedan ser tenidos como un fracaso o como algo erróneo”.
Así, Ortuzar cree que en ese mundo “hay una crisis de identidad de hacia dónde tirar”, pues “la única argamasa, el único pegamento que une a lo que hoy es la izquierda abertzale y a su clase dirigente es ese pasado. Y si son autocríticos con ese pasado o reconocen el error, según ellos, estarían rompiendo la magia o la unidad”, subrayó.
En cuanto a los ongi etorris, el máximo representante del PNV dijo entender que una familia o una cuadrilla de amigos “pueda acoger a una persona que ha estado muchos años en la cárcel, pero una cosa es eso y otra es convertirles en héroes o en ejemplos de trayectoria vital”.